Las autoridades iraníes ejecutaron en la horca a dos hombres declarados culpables de haber matado a un paramilitar durante las manifestaciones que revolucionaron al país.
Desde el inicio de la ola de protestas, la Justicia iraní condenó a muerte al menos a 14 manifestantes. Activistas del país aseguran que otra decena de personas se enfrentan a acusaciones que pueden comportar la condena a muerte.
Las autoridades iraníes ejecutaron en la horca a dos hombres declarados culpables de haber matado a un paramilitar durante las manifestaciones que revolucionaron al país.
Con ambas muertes, la cifra de ejecuciones se eleva a cuatro desde el inicio de las protestas, mientras que dos tienen la confirmación de su sentencia por el Tribunal Supremo, seis están a la espera de nuevos juicios y otras dos pueden apelar el fallo.
Los ejecutados estaban acusados de haber matado a Ajamian, miembro de la milicia paramilitar Basij, afiliada a los Guardianes de la Revolución, el 3 de noviembre en Karaj, una ciudad al oeste de Teherán.
Según un recuento de la agencia de noticias AFP, desde el inicio de la ola de protestas, la Justicia iraní condenó a muerte al menos a 14 personas relacionadas con las manifestaciones, no contrastado con cifras oficiales.
Activistas del país aseguran que otra decena de personas se enfrentan a acusaciones que pueden comportar la pena capital.
Irán vive una ola de violencia desde que Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, murió el 16 de septiembre pasado en un hospital de Teherán, tres días después de haber sido detenida por la policía de la moral porque presuntamente tenía mal puesto el velo, que debía cubrir su cabello.
Autoridades dijeron que murió de causas naturales, por una enfermedad preexistente, pero su familia dijo que creía que pudo haber sido golpeada.
La protesta, nacida del rechazo de las restricciones de vestimenta impuestas a las mujeres y de la indignación suscitada por la muerte de la joven, evolucionó en un movimiento dirigido contra la teocracia en el poder desde la revolución islámica de 1979.
Los dirigentes iraníes acusan a Estados Unidos, enemigo acérrimo de Irán, de estar detrás de las protestas, que califican de "disturbios".
Irán ya fue objeto de una serie de sanciones internacionales como reacción a la represión contra las manifestaciones.
Alrededor de 14.000 personas fueron arrestadas desde septiembre pasado, según la ONU, entre quienes se encuentran deportistas, activistas y personalidades del cine y periodistas.
El jueves, Mahdi Beikoghli, jefe de la sección de política del diario Etemad, fue detenido tras haber entrevistado a familiares de presos condenados a muerte en relación con las manifestaciones, según el periódico reformista.
El miércoles, Navab Ebrahimi, famoso chef iraní conocido por sus videos en Instagram sobre la cocina persa, fue arrestado en Teherán, informaron organizaciones de derechos humanos.
El mismo día, la actriz Taraneh Alidoosti fue puesta en libertad bajo fianza después de tres semanas de detención por haber apoyado las manifestaciones.