Isabel II, monarca de Reino Unido, falleció este jueves a sus 96 años en su residencia de verano en Balmoral, Escocia.
Mientras se esperaba implementar la Operación “London Bridge”, la muerte de la reina en Escocia podría significar un cambio de protocolo para sus exequias fúnebres.
Isabel II, monarca de Reino Unido, falleció este jueves a sus 96 años en su residencia de verano en Balmoral, Escocia.
Si bien el mundo esperaba activar la operación “London Bridge (Puente de Londres)”, cuidadosamente diseñado en la década de 1960 para la muerte de Isabel II, Reino Unido comienza a contemplar la posibilidad de aplicar el protocolo “Unicornio”, previsto para una posible muerte de la monarca en su residencia escocesa, donde pasaba sus vacaciones.
La Operación Unicornio es un plan meticuloso que se ha creado y revisado periódicamente para garantizar unos procedimientos rápidos y organizados cuando la reina muriera, si es que lo hacía en Escocia.
Llegado el caso, como finalmente ocurrió, el parlamento escocés se suspenderá inmediatamente. Las autoridades tendrán 36 horas para preparar una moción de condolencia en la cámara
Su cuerpo sería llevado a Holyroodhouse, donde se le daría sepultura, y luego sería llevado a la Catedral de San Giles, en la Milla Real de Edimburgo, según prevé el protocolo. Luego, sus restos harían el último viaje a casa, pues su ataúd sería trasladado a la estación de Waverley de la ciudad y llevado en el tren real a Londres.
Finalmente estaba previsto que, de morir en Escocia, el funeral de la reina tendrá lugar unos 10 días después de su fallecimiento.
Así, se espera el comunicado oficial de la Familia Real para explicar qué protocolo se activará finalmente.