El Gobierno islandés comenzó a exigir desde este viernes el uso de tapabocas y a limitar las concentraciones de personas, para intentar contener la expansión del coronavirus tras un aumento de casos.
El Gobierno islandés comenzó a exigir desde este viernes el uso de tapabocas y a limitar las concentraciones de personas, para intentar contener la expansión del coronavirus tras un aumento de casos.
Desde hoy volvió a regir la norma de mantener dos metros de distancia entre personas cuando sea posible, mientras que en los casos en los que no se puede evitar la cercanía, como en un avión, en la peluquería o en un salón de masajes, será obligatorio el uso de tapabocas.
La isla del extremo noroeste de Europa, uno de los países que mejor ha controlado la pandemia de coronavirus, se convertirá así en la primera nación nórdica que obliga a usar mascarilla por el coronavirus.
Todos los viajeros procedentes de países de riesgo que pasen más de diez días en Islandia deberán someterse a partir de ahora a un segundo test de Covid-19 a los cinco días de su llegada, aparte del que se hagan en el aeropuerto, informó la agencia de noticias EFE.
Islandia abrió el pasado 15 de junio sus fronteras a todos los ciudadanos del espacio europeo de libre circulación Schengen y del Reino Unido, pero exige un test (que cuesta unos 100 euros) o pasar una cuarentena de dos semanas para entrar en el país.
Gracias a una estrategia masiva de pruebas y de rastreo de contactos, aparte de su situación geográfica y demográfica, Islandia es uno de los países europeos que mejor ha controlado la pandemia.
Su tasa de mortalidad por coronavirus es de 2,83 fallecidos por 100.000 habitantes y no registra muertos desde abril.
Con información de Telam