Varios miembros de un grupo italiano neofascista, Forza Nuova, incluidos dos responsables, fueron detenidos este domingo tras violentos choques que siguieron a una protesta contra el pasaporte sanitario en Roma, informaron medios locales.
Cientos de personas se enfrentaron anoche a la policía en el centro de la capital italiana y causaron graves desperfectos a la sede de la CGIL, la principal confederación sindical del país.
Varios miembros de un grupo italiano neofascista, Forza Nuova, incluidos dos responsables, fueron detenidos este domingo tras violentos choques que siguieron a una protesta contra el pasaporte sanitario en Roma, informaron medios locales.
Cientos de personas se enfrentaron anoche a la policía en el centro de la capital italiana y causaron graves desperfectos a la sede de la CGIL, la principal confederación sindical del país.
Los manifestantes protestaban contra el pasaporte sanitario que permite el ingreso a lugares públicos a personas vacunadas contra el coronavirus o testeadas recientemente.
Entre los alrededor de 10.000 manifestantes había numerosos manifestantes antivacunas y militantes del partido Forza Nuova.
Las fuerzas de seguridad utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, en unos enfrentamientos que duraron varias horas.
“Los responsables del asalto a la sede nacional de la CGIL fueron rápidamente detenidos. Llevaban demasiado tiempo actuando para atizar las tensiones y la violencia”, dijo este domingo el diputado Federico Fornaro, informó la agencia de noticias AFP.
“La violencia fascista debe pararse inmediatamente. Todas las fuerzas democráticas están hoy con la CGIL y las fuerzas de la policía”, apuntó por su parte el senador Andrea Marcucci.
Según los medios de comunicación, 12 personas fueron arrestadas, incluido Roberto Fiore, secretario nacional de Forza Nuova, y Giuliano Castellino, responsable del movimiento en Roma.
Forza Nuova es un partido neofascista creado en 1997.
Su programa prevé, entre otros puntos, la prohibición del aborto, acabar con la inmigración y la abolición de leyes contra la incitación al odio por razones políticas, de raza o religión.
En ninguno de los comicios a los que se presentó, solo o en coalición, logró alcanzar el 0,5% de los votos.
Muchas voces, del centro y de la izquierda sobre todo, reclamaron su disolución.