Jair Bolsonaro denunció que quisieron matarlo en 2018
El atentado del 6 de septiembre de 2018 ocurrió en Juiz de Fora, Minas Gerais y fue cometido por Adelio Bispo, un ayudante de albañil.
Jair Bolsonaro denunció que quisieron matarlo en 2018
Miércoles 5.1.2022
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Última actualización 17:32
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió que hubo un plan para matarlo en 2018, pese a que dos investigaciones de la Policía Federal resolvieron que el ataque con cuchillo que sufrió cuando era candidato presidencial fue el acto de una sola persona, una acusación que parece marcar el tono del inicio de un año electoral en el que buscará la reelección.
Apenas dado de alta de hospital por una obstrucción intestinal vinculada a las complicaciones por el atentado, Bolsonaro se irritó al negar que el ataque haya sido "falso" y que su última internación fuera para buscar "victimizarse" en un momento en que las encuestas lo dan muy abajo del favorito, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva del opositor Partido de los Trabajadores.
Bolsonaro volvió a levantar la bandera de una conspiración en su contra, que le rindió los mejores frutos en 2018 ya que luego del atentado su popularidad no paró de crecer hasta llegar a la victoria contra el candidato petista Fernando Haddad.
El atentado del 6 de septiembre de 2018 ocurrió en Juiz de Fora, Minas Gerais y fue cometido por Adelio Bispo, un ayudante de albañil que según dos investigaciones de la Policía Federal actuó solo y fue declarado inimputable por sus problemas psiquiátricos. Pese a ello está impedido de hablar con la prensa en el penal de máxima seguridad de Campo Grande, Mato Grosso do Sul.
Bolsonaro logró en la Justicia abrir una nueva investigación y envió a una misión internacional en Estados Unidos al comisario que estuvo a cargo del caso hasta ahora. En su lugar, nombró a otro especializado en crimen organizado, siempre detrás de la tesis de un complot, sobre todo para investigar a los abogados que patrocinaron al agresor.
"No hay dudas de que fue un intento de homicidio. Ahora habrá una nueva investigación y lograron entrar en el teléfono del abogado de Adelio. La investigación deberá llegar a gente importante, esto no salió de la cabeza de Adelio", denunció nuevamente Bolsonaro en conferencia de prensa en el hospital Vila Nova Star, en San Pablo, en donde se internó de urgencia el lunes por la madrugada, tras suspender sus vacaciones en una playa de Santa Catarina.
El cambio de comisario por uno especializado en el Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización de narcotráfico de Brasil, pone al caso Adelio dentro del deseo expreso de Bolsonaro de investigar un presunto complot en su contra.
Pero los deseos del mandatario ya chocaron con un clima de desconfianza. Bolsonaro se enojó con una periodista de Folha de Sao Paulo, el diario más importante del país que editorialmente apoyó la agenda económica del Gobierno durante tres años, que le preguntó si la internación había sido para promocionarse políticamente.
"Esa pregunta es una agresión a los médicos. No es una jugada política, no me estoy victimizando, parece que me están cargando", dijo Bolsonaro.
El líder de ultraderecha dijo que hubiera sido imposible engañar a los médicos de Juiz de Fora que lo atendieron y lo operaron. Además, dijo que en el momento del cuchillazo en el estómago no salió sangre porque la hemorragia, inicialmente, fue interna.
"Hay imágenes, el cuchillo entró. ¿Piensan que es fake?", se quejó.
El médico cirujano Antonio Macedo se mostró junto a Bolsonaro en la conferencia de prensa que dio al salir de la clínica y dijo que el problema de obstrucción intestinal tiene que ver con las lesiones del atentado.
El mandatario, durante su alocución, también defendió tener "elecciones limpias y transparentes" en octubre y aplaudió la decisión del Tribunal Superior Electoral de haber incorporado como director al ex ministro de Defensa de Bolsonaro, el general retirado Fernando Azevedo.
Este Bolsonaro precandidato a la reelección por el Partido Liberal sin dudas dejó claro en la puerta de la clínica que su preocupación no será la salud y sí su seguridad, alentando el fantasma de otros atentados y vinculando estos a "la izquierda".