Martes 19.1.2021
/Última actualización 20:24
El presidente Jair Bolsonaro advirtió que las Fuerzas Armadas son las que definen si hay democracia o dictadura en Brasil. Lo hizo, luego de haber sido derrotado políticamente con la aprobación de la vacuna china y el inicio de la inmunización contra el coronavirus en San Pablo, pero no a nivel nacional. Por otra parte, el polémico mandatario despreció la ayuda de oxígeno enviada por su par venezolano, Nicolás Maduro, con destino a Manaos, una ciudad que está sumida en un dramático colapso sanitario por la pandemia, "porque en Venezuela comen perros".
"La vacuna no es de un gobernador, es de Brasil", aseguró Bolsonaro en referencia al paulista Joao Doria, su ex aliado, quien hizo un acuerdo para adquirir la CoronaVac (del laboratorio chino Sinovac), la única vacuna presente hoy en día en Brasil, con 6 millones de dosis.
En diálogo con seguidores en la puerta del Palacio de la Alvorada, Bolsonaro cometió un acto fallido al comentar la aprobación del ente regulador Anvisa de las vacunas CoronaVac y la de AstraZeneca-Oxford, que aún dependen del envío de 2 millones de dosis de un laboratorio indio, una negociación que encaró él mismo personalmente.
"Pese a la vacuna, pese no...Anvisa aprobó y no se discute más. Habiendo disponibilidad en el mercado, vamos a comprar e ir atrás de contratos que firmamos para que lleguen más vacunas. Es la vacuna de Brasil, no es de ningún gobernador", dijo.
"En Venezuela comen perros"
En forma paralela, Bolsonaro volvió a desentenderse de la crisis humanitaria que se vive en Manaos, localidad capital de Amazonas, con la falta de oxígeno y culpó a los "estados y municipios" por sus situaciones sanitarias. "Un día van a decir que faltan curitas en Río de Janeiro y me van a culpar a mí", aseguró.
El líder ultraderechista, además, minimizó la ayuda en forma de tubos de oxígeno que están siendo enviados por el gobierno de Venezuela por 1.500 kilómetros de ruta a través de la selva amazónica y lanzó una serie de ataques a ese gobierno vecino, que cosechó aplausos de su público de la derecha evangelista y ultraconservador.
"Si Maduro quiere proveer oxígeno para nosotros, lo recibiremos sin ningún problema. Ahora él podría ayudar económicamente a su pueblo. Dicen que no hay más perros en Venezuela, que los venezolanos se comieron hasta los perros. El salario mínimo de Venezuela no compra ni medio kilo de arroz. Dicen que Maduro tiene gran corazón y, si mide dos metros y pesa como 200 kilos, debe ser un corazón grande", afirmó.
Como durante toda su carrera política, Bolsonaro volvió a decir que "hay quienes quieren llevar a Brasil hacia el socialismo". En ese sentido, afirmó que él, como ex capitán del Ejército, y el resto de los militares, son los garantes de la democracia.
"Nosotros, los militares, somos el último obstáculo al socialismo. Quien decide si un pueblo va a vivir en democracia o en dictadura son sus Fuerzas Armadas. No hay dictadura donde las Fuerzas Armadas no la apoyan", subrayó el jefe de Estado brasileño, según un video divulgado por bolsonaristas en la puerta de la residencia presidencial.
"No permitiría una ley del aborto como en Argentina"
En sus recientes declaraciones, Jair Bolsonaro expresó que "no permitiría una ley del aborto como en Argentina" y puso al ex presidente argentino Mauricio Macri de ejemplo. El titular del Ejecutivo barsileño repudió la legalización del aborto aprobada en Argentina y advirtió a sus seguidores que Macri perdió las elecciones en 2019 luego de haber sido criticado por su propio electorado.
"Se ha criticado tanto a Macri que eso permitió el regreso de la izquierda a la Argentina", dijo en referencia a la victoria de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández en los referidos comicios. Al dialogar con simpatizantes en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, Bolsonaro también repudió la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
"Argentina aprobó el aborto. Y, ¿el Papa dijo algo?", aseguró en referencia al pontífice, Jorge Bergoglio, quien criticó en repetidas ocasiones las legalizaciones del aborto en el mundo, pese a que mantiene un buen vínculo con el gobierno argentino. En ese marco, Bolsonaro comenzó a despotricar contra el canal de televisión Globo y acusó a sus populares novelas de representar "otras formas de familia que atacan a la familia tradicional brasileña".
"Quieren liberar la drogas como solución a todo, podrían combatir el narcotráfico si fumaran menos marihuana y aspiraran menos. De todos modos nuestro Congreso no aprobaría el aborto. Y yo, en todo caso, lo vetaría", prometió.
Bolsonaro tiene el apoyo del sector conservador de las iglesias evangélicas y su ministra de Mujer y Derechos Humanos, la pastora Damares Alves, encabezó el año pasado un movimiento para evitar que hospitales públicos no atendieran el aborto de una niña violada por su tío, en el estado de Alagoas.
Bolsonaro usa el ejemplo de Macri habitualmente para pedir a sus seguidores no abandonarlo ya que, de hacerlo, podría crearse un espacio para el regreso del opositor Partido de los Trabajadores, de Luiz Inácio Lula da Silva. "Macri adhirió a algunas de las consignas de izquierda, eso sí", aclaró el ex capitán del Ejército en una charla con simpatizantes suyos, fuera de la sede presidencial.