En abril se redujo un 20 por ciento la cantidad de muertes por suicidio en Japón, su mayor caída en cinco años. Esto ocurrió a pesar de que muchos de los programas de asistencia estuvieron suspendidos o cortos de personal a causa del aislamiento, sumado al alto estrés que se presenta por la pandemia. El teletrabajo y la mayor conexión con familiares parecen ser algunas de las causas de esta mejoría.
Ningún país del G-7 cuenta tantos suicidios como Japón, hasta el punto de que supone la primera causa de muerte entre los varones de 20 a 44 años en ese país.
En 2013, 21,4 de cada 100.000 habitantes murieron por su propia mano, un índice que casi dobla a la media del resto de países desarrollados. Sin embargo, un conjunto de medidas de salud pública ya había comenzado a reducir la cantidad de suicidios, que desde 2003 fue decreciendo.
Por otra parte, según datos del Ministerio de Educación, los suicidios infantiles están en su punto más alto. En el año escolar entre 2016 y 2017, por ejemplo, 250 estudiantes de educación primaria y secundaria se quitaron la vida, una cifra que quintuplicaba la precedente y suponía la más alta en casi tres décadas.
En este caso, el abuso escolar es uno de los elementos clave, por lo que es frecuente que en abril se produzca un repunte en el número de casos al tratarse del mes en el que comienza el año académico allí. La prórroga del inicio de las clases es uno de los argumentos que explicaría el reciente descenso.
Cuando el Gobierno decretó el estado de emergencia a principios de abril, las autoridades esperaban que las cifras empeoraran. Sin embargo, durante ese mes, 1.455 personas se quitaron la vida, 359 menos que en el mismo periodo del año anterior.
Ahora, los expertos intentan analizar qué aspectos del aislamiento, ya finalizado en el país asiático, tuvo un impacto positivo. Muchos apuntan al teletrabajo y a una mayor cantidad de tiempo en compañía de los seres queridos.