El primer ministro británico, Boris Johnson, trabajaba contrarreloj para tratar de convencer a los diputados que apoyen el acuerdo del Brexit sellado con la Unión Europea (UE), que será votado mañana en el Parlamento.
El primer ministro británico, Boris Johnson, trabajaba contrarreloj para tratar de convencer a los diputados que apoyen el acuerdo del Brexit sellado con la Unión Europea (UE), que será votado mañana en el Parlamento.
El jefe del Gobierno conservador está en una situación muy precaria y complicada en la Cámara de los Comunes, donde no tiene mayoría y dependerá mañana de los votos de otras formaciones y de los más de veinte parlamentarios "tories" que expulsó recientemente por no apoyar una salida "dura" (sin acuerdo) del bloque europeo.
La Cámara de los Comunes celebrará este sábado una sesión extraordinaria, la primera vez que se convoca a los diputados un sábado desde la guerra de las Malvinas en 1982, reseñó la agencia de noticias EFE.
Johnson cerró ayer un pacto sobre la salida británica de la UE -este 31 de octubre-, después de negociaciones maratónicas y tras superar las diferencias entre Londres y Bruselas sobre cómo evitar una frontera fija entre las dos Irlandas para no perjudicar el proceso de paz en la provincia de Irlanda del Norte.
El nuevo pacto prevé controles aduaneros para las mercancías que crucen entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte, algo inaceptable para los socios de Johnson en el Parlamento: los diez diputados del pro-británico norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP).
El ministro de Exteriores, Dominic Raab, defendió el texto, que calificó hoy de "ganador" para su país porque permitirá "recuperar el control de nuestras leyes, nuestras fronteras y nuestro dinero".
"Es un acuerdo decisivo para Irlanda del Norte" pues "no sólo se queda en el territorio aduanero del Reino Unido pero sin fricciones en el acceso al mercado único", dijo a la BBC.
"Tenemos una buena oportunidad ahora de cumplir con el referendo del Brexit", agregó Raab, e insistió en que seguirá defendiendo en las próximas horas los beneficios de lo negociado.
El primer ministro necesita 320 votos para sacar adelante su pacto, pero apenas cuenta con 288 diputados, mientras que los parlamentarios del DUP, la mayoría de laboristas, los nacionalistas escoceses del SNP y los liberaldemócratas, además de algunos independientes, anticiparon que votarán en contra.
Ante este panorama y dada la fragmentación de la cámara baja, se espera que Johnson dedique la jornada de este viernes a conseguir el respaldo de otras formaciones, especialmente de los laboristas procedentes de circunscripciones británicas que votaron por el Brexit en el referendo celebrado en junio de 2016.