El Litoral
La defensa del líder secesionista Jordi Sánchez pidió este martes al Tribunal Supremo español su excarcelación para poder asistir a la sesión de su investidura como presidente del gobierno de Cataluña, decisión que marcará el futuro político de la norteña región.
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Télam
El abogado defensor solicitó la libertad provisional o, en caso de que sea rechazada esta posibilidad, un permiso penitenciario para acudir al plenario.
Como tercera opción, el letrado pide que se le permita a Sánchez participar del debate por videoconferencia.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional ya dictaminó en el caso del ex presidente Carles Puigdemont que el candidato a la investidura debe acudir ante el pleno del Parlamento regional para someterse a la votación de investidura, con lo que Sánchez sólo podría convertirse en presidente si así lo hace.
El "número dos" de la lista Junts per Catalunya (JxC), que encabezó Puigdemont, está procesado por rebelión junto con la cúpula de dirigentes políticos que pusieron en marcha el proceso de secesión que llevó a la frustrada declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del año pasado.
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ya rechazó excarcelarlo la primera vez que los independentistas lo propusieron como candidato a la investidura, por considerar que existe un grave riesgo de reiteración delictiva.
Sin embargo, Sánchez cuenta ahora con una resolución favorable del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU), que instó a España a "garantizar sus derechos políticos" y, por lo tanto, liberarlo.
La resolución, que cita la defensa de Sánchez, no es de cumplimiento obligatorio, aunque pone a la Justicia española ante una difícil tesitura.
En caso de que Sánchez pueda acudir al Parlamento, podría ser elegido presidente por mayoría absoluta en primera votación, si la Candidatura de Unidad Popular (CUP) finalmente pasa de la abstención al voto afirmativo, una posibilidad a la que se abre sólo si hay un programa de "ruptura con el Estado".
De lo contrario, el ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) necesitaría obtener mayoría simple en la segunda votación, algo que sólo podría conseguir con el voto delegado de Puigdemont y del ex consejero Toni Comín, aunque el TC ya se pronunció en contra de la validez de sus votos.