El Litoral | DPA
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Fin del drama electoral de Luiz Inácio Lula da Silva: la Justicia electoral brasileña excluyó la candidatura presidencial del popular ex jefe de Estado, claro favorito para los comicios del 7 de octubre, debido a una condena a 12 años de cárcel por corrupción que Lula purga desde abril.
Los siete jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) votaron con una clara mayoría de 6-1 a favor de impugnar la candidatura de Lula tras una maratónica jornada de más de diez horas, que empezó en la tarde del viernes y terminó en la madrugada del sábado en Brasilia. El debate había sido agendado el mismo viernes.
Lula llegaba al 39 por ciento en los últimos sondeos para ganar un tercer mandato después de sus dos primeros Gobiernos (2003-2010), más que el doble que el segundo colocado, y era también favorito para ganar la elección en una segunda vuelta.
El TSE determinó que Lula, de 72 años, no puede ser candidato debido a la llamada "Lei da ficha limpa" (Ley de expediente limpio"), promulgada por él mismo en 2010 y que impide a personas con condenas penales aspirar a cargos públicos.
El ex líder obrero, celebrado por los éxitos de sus dos Gobiernos en la década pasada, fue condenado a comienzos de año en segunda instancia por cargos de que aceptó la reforma de un apartamento a cambio de favorecer a una empresa en sus negocios con Petrobras.
La petrolera estatal está desde hace años en el centro del caso "Lava Jato" ("Lavado de autos"), considerado como el mayor escándalo de corrupción de la historia brasileña.
La fiscal general, Raquel Dodge, y otros 15 partidos, organizaciones o ciudadanos habían presentado solicitudes de impugnar la candidatura de Lula después de su inscripción el 15 de agosto.
El juez relator del caso, Luis Roberto Barroso, señaló que la decisión contra la postulación del ex presidente era "muy simple" dada la legislación. La defensa puede presentar aún una apelación, aunque a ésta se le atribuyen pocas opciones de éxito.
"Vamos a presentar todos los recursos ante los tribunales para que sean reconocidos los derechos políticos de Lula", protestó el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula en un comunicado.
Barroso dio un plazo de diez días al PT para nombrar a un sustituto de Lula y le prohibió al partido además hacer campaña con el nombre del ex mandatario.
Se espera que el ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, hasta ahora candidato a vicepresidente, asuma ahora la candidatura presidencial. Un aspecto crucial será sin embargo si Lula, preso en una cárcel de Curitiba en el sur del país, conseguirá de verdad trasvasar toda su intención de voto a Haddad.
El momento de la sentencia es un duro revés para el PT, porque llega justo el día en que comenzó la franja televisiva gratuita de la que disponen los candidatos para hacer campaña. El partido apostaba por la imagen de Lula para atraer a sus votantes, sobre todo entre las clases más pobres.
La exclusión de la contienda electoral del ex mandatario e ícono de la izquierda latinoamericana se dada por sentada desde el registro de la candidatura, dada su condena por corrupción.
Lula niega todos los cargos y acusa a sus rivales políticos de querer impedir su regreso al poder a través de un "juicio político" y un "golpe a cámara lenta".
El drama del carismático ex presidente divide desde hace meses a Brasil. Su caso es además controvertido, porque muchos observadores critican la dureza de la condena.
Lula recibió en las últimas semanas apoyos de varias personalidades internacionales, entre ellos el ex presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz, que visitó el jueves al líder del PT en la cárcel en Curitiba.
"No me corresponde juzgar las sutilezas jurídicas en Brasil, pero está claro que las circunstancias de este juicio contra Lula lanzan una luz de duda sobre este proceso", dijo Schulz, ex líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).
El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió también recientemente a las autoridades brasileñas que permitan a Lula ser candidato y que aseguren que pueda ejercer "sus derechos políticos" hasta que su proceso haya terminado en todas las instancias. El ex presidente puede apelar contra su condena aún en dos instancias más.
El único juez que votó a favor de la candidatura de Lula, Edson Fachin, se remitió a la recomendación del comité para justificar su decisión.
Barroso, en cambio, señaló que el pedido no es vinculante. "La Justicia electoral no está obligada a someterse a la orientación del Comité de Derechos Humanos de la ONU", dijo.
La exclusión de la carrera electoral de Lula, muy popular entre las clases más pobres, aumenta la incertidumbre en un país sumido desde hace tiempo en una aguda crisis política e institucional por los escándalos de "Lava Jato".
Segundo en los sondeos y favorito en ausencia de Lula es el ex militar Jair Bolsonaro, un radical de derecha que defiende la dictadura militar (1964-1985) y que suele ser calificado como el "Donald Trump brasileño" por sus diatribas populistas y nacionalistas.