El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, negó que vaya a emprender acciones judiciales, luego de conocer que él, su familia y unas cincuenta personas de su entorno figuran en la lista de espiados a través del programa informático Pegasus. Asimismo, rescató el uso de inteligencia "para proteger a los ciudadanos" del crimen organizado y aseguró ser espiado por diferentes gobiernos desde la década de los 70.
Los gobernantes anteriores "tenían equipos sofisticados para escuchar todas las llamadas telefónicas, no solo de la persona que era el blanco sino de todo su entorno, desde luego me espiaban durante uno o dos años, muchos más; pero ahora se da a conocer que también espiaban a mi esposa y a mis hijos, hasta el médico que me atiende", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
Entre los espiados figuran el presidente mexicano y medio centenar de personas de su entorno, como su esposa Beatriz Gutiérrez, sus hijos, hermanos y hasta su cardiólogo. Además, López Obrador distanció el uso de inteligencia que lleva adelante su gobierno diciendo que solo se utiliza tecnología para enfrentar el crimen organizado y no para perseguir adversarios políticos.
"Lo que hay de inteligencia tiene que ver con el combate al crimen, es para proteger a los ciudadanos, no para espiar a opositores, ni dirigentes políticos, dirigentes de partido, dueños de grandes empresas, a las iglesias", sentenció. Aunque asegura ser espiado desde 1970 por distintos gobiernos, el mandatario dijo que no realizará acciones legales y se comprometió a verificar que ninguna entidad siga operando con el software Pegasus.
"Ahora se vuelve una noticia mundial porque esto mismo lo hacían en otros países", añadió sobre la revelación de que casi 200 periodistas, 600 dirigentes y militantes de derechos humanos y empresarios fueron espiados a través del programa informático.
Instalado en un teléfono móvil, el programa permite recuperar mensajes de texto, fotografías, contactos y hasta escuchar conversaciones de su propietario, y la investigación periodística, publicada por diecisiete medios de todo el mundo, detectó 50.000 números seleccionados por clientes de la empresa israelí NSO, desde 2016.
La lista de espiados incluye 15.000 personas en México que habrían sido consideradas "de interés" entre 2016 y 2017, durante la Administración del presidente Enrique Peña Nieto. México fue, además, el primer país del mundo en comprar Pegasus a la empresa NSO a través de la Secretaría de Defensa, en 2011, además de la Procuraduría General (ahora Fiscalía General), y el Centro Nacional de Inteligencia. Los fabricantes del software aseguran que solo se vendía después de una exhaustiva investigación a los compradores en la que se aseguraban que su uso sea por motivos de seguridad y para prevenir ataques.
"La capacidad de México para espiar a sus ciudadanos es inmensa. Y es extremadamente fácil que la tecnología y la información obtenida a través del software espía caiga en manos privadas, ya sea del crimen organizado o comercial", dijo Jorge Rebolledo, consultor de seguridad de la Ciudad de México, citado por el diario británico The Guardian. "Lo que sabemos es solo la punta del iceberg", agregó.
La investigación muestra ahora que decenas de personajes públicos y figuras políticas a nivel nacional o local del partido gubernamental Morena también habrían sido objeto de espionaje, entre ellos la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Según The Guardian, que el número aparezca en la lista no implica necesariamente que el teléfono haya sido espiado.
El que sí fue espiado es el hijo de López Obrador, Andrés López Beltrán, cuyas conversaciones con Yeidckol Polevnsky, secretaria general de Morena en 2017 fueron filtradas a la prensa. También estuvieron en la mira familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 en la localidad de Ayotzinapa, al sur de Ciudad de México, según las indagaciones de medios como The Washington Post, The Guardian y Le Monde.