El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó este lunes que no asistirá a la Cumbre de las Américas de Los Ángeles por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en un severo traspié diplomático para Estados Unidos, el país organizador, justo en la jornada de inicio formal del encuentro.
El gobierno del mandatario estadounidense, Joe Biden, había intentado convencer a López Obrador de asistir a la máxima cita política regional desde el mes pasado, cuando se puso al frente de un reclamo de varios de sus pares, incluyendo el presidente Alberto Fernández, de no excluir a ninguna nación del continente.
"No voy a la cumbre porque no se invita a todos los países de América, y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos, la exclusión, el querer dominar sin razón alguna, el no respetar la soberanía de los países", dijo López Obrador, en su conferencia de prensa matinal.
Funcionarios, ex funcionarios y analistas de América habían expresado su esperanza de que la cumbre sirviera de relanzamiento de las relaciones entre Estados Unidos y la región y permitiera avances en temas acuciantes como la ola de migraciones forzosas que recorre el continente, con epicentro en la frontera mexicano-estadounidense.
Pero la ausencia de López Obrador a la primera Cumbre de las Américas que se celebra en Estados Unidos desde 1994 parece echar un primer balde de agua fría a esas ilusiones y reflejar, en cambio, una creciente desconexión entre Washington y América Latina.
Contra la política del intervencionismo
"No puede haber una cumbre si no están invitados todos los países. O puede haber una, pero eso es seguir con toda la política del intervencionismo", agregó el mandatario mexicano, que dijo que enviará a Los Ángeles a su canciller, Marcelo Ebrard, como representante de su gobierno en la IX Cumbre de las Américas.
En el recinto de la cumbre, un gran centro de convenciones en el centro de Los Ángeles, representantes de la sociedad civil de toda América comenzaron a debatir propuestas de soluciones a diversas problemáticas que presentarán el miércoles a los líderes asistentes para que las conviertan en compromisos de acción.
Las reuniones plenarias de discusiones y discursos de los gobernantes u otros representantes estatales serán el jueves y viernes. Durante la semana habrá además encuentros académicos y de CEO de las empresas más importantes de América.
Estados Unidos había dicho que no incluiría a Cuba, Nicaragua y Venezuela por considerar que no tienen apego a los valores democráticos y se había remitido a una declaración de la cumbre de Quebec, de 2001, en la que los Gobiernos de la región se comprometían a excluir a futuras reuniones a quienes rompieran el orden institucional.
En otro golpe para la Casa Blanca, el presidente de Uruguay, el conservador Luis Lacalle Pou, también anunció en la víspera que no estará en la reunión,pero en su caso porque dio positivo en coronavirus en el test obligatorio para ingresar a Estados Unidos, lo que priva a Biden de uno de los mandatarios del grupo con mayor sintonía política con Washington.