Lula da Silva confirmó su viaje a Santa Cruz de la Sierra para apoyar a Luis Arce
El panorama político boliviano parece haber cambiado en forma drástica en las últimas horas, ante el importante respaldo internacional que ha recibido el actual gobierno. El presidente parece haber salido fortalecido, en desmedro de Morales.
Luis Arce, presidente de Bolivia, junto a Luiz Inacio "Lula" Da Silva, presidente de Brasil.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó que "sigue en pie" su próximo viaje a Bolivia, previsto para el 9 de julio, para reunirse personalmente con el presidente Luis Arce en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. El mandatario brasileño dijo que aprovechará la ocasión para apoyar a su par boliviano tras un fallido intento de golpe de Estado. En diálogo con la radio Itatiaia, Lula mencionó las grandes reservas de litio de Bolivia cuando le pidieron mencionar las razones o motivos que habría que tener en cuenta al analizar la existencia de "un interés en dar un golpe de Estado en Bolivia". Su apoyo al actual presidente boliviano se dio apenas minutos después de la comunicación oficial del Kremlin en la misma dirección.
De esta forma, Lula hizo pública su opinión respecto a la movilización de las Fuerzas Armadas bolivianas encabezada por el general Juan José Zúñiga, una sublevación de confuso desarrollo que reunió a soldados en la plaza principal de La Paz, quienes posteriormente rompieron una puerta del palacio. presidencial con un vehículo blindado, lo que permitió a los soldados entrar en el edificio. No obstante ello, el intento de golpe no prosperó y fue derrotado por Arce, siendo Zúñiga y la gran mayoría de sus cómplices detenidos.
La confirmación de Brasilia sobre el viaje de Lula llega justo cuando los analistas internacionales tratan de desentrañar los alcances de la intentona golpista, a la vez que se esfuerzan por interpretar el papel que ha cumplido estas últimas semanas el ex presidente Evo Morales. A nadie se le escapa que hubo un malestar militar generado por ciertas actitudes del ex mandatario, en especial su empeño por volver a ser presidenciable en 2025, ahora enfrentando a Arce, su ex ministro y antiguo aliado. Justamente, Zúñiga fue uno de los que reaccionó públicamente ante la posible candidatura de Morales.
Se sabía del "plan de golpe de Estado"
El gobierno de Bolivia tenía información de que podría ocurrir un intento de golpe de Estado antes de que el máximo comandante militar del país y sus tropas entraran por la fuerza en el palacio presidencial, dijo el jueves un alto ministro del gobierno. El fallido golpe del miércoles se produjo en unas pocas horas y provocó rápidas condenas de los líderes mundiales, lo que generó temores de que la democracia en la nación andina siga en riesgo. En entrevista con la emisora local Unitel, el ministro del Interior, Eduardo del Castillo, dijo que el presidente Luis Arce había recibido informes sobre "intentos de desestabilización", pero no se sabía cuándo podría llevarse a cabo.
Luis Arce, presidente de Bolivia, junto a Luiz Inacio "Lula" Da Silva, presidente de Brasil.
Durante la movilización de unidades militares el miércoles, el comandante militar del país reunió tropas en la plaza principal de La Paz y embistió la puerta del palacio con un vehículo blindado para permitir que los soldados entraran corriendo al edificio. Los soldados finalmente se retiraron y la policía recuperó el control de la plaza. Arce denunció el intento de golpe y rápidamente nombró a nuevos líderes militares. El ex comandante Zúñiga fue arrestado al igual que el ex comandante de la Armada, Juan Arnez Salvador, dijo del Castillo, quien agregó que podrían enfrentar penas de prisión de entre 15 y 30 años. En total 17 personas han sido detenidas, remarcó.
"Zúñiga no ha actuado solo, Arnez no ha actuado solo, y el día de hoy lo hemos demostrados con la aprehensión de más personas... evidentemente, hay muchas más que han participado en el golpe de Estado fallido ocurrido el día de ayer", señaló del Castillo en la víspera. A propósito de ello, el embajador de Bolivia ante la OEA, Héctor Arce Zaconeta, dijo en una reunión que "alrededor de 200 militares" habían participado en el intento de golpe.
Una interna que explotó de la peor manera
El general Juan José Zúñiga había dicho recientemente que el ex mentor del mandatario Luis Arce, convertido ahora en su rival político, el ex presidente Evo Morales, "no debería postularse nuevamente para la presidencia" y amenazó con "bloquearlo" si intentaba hacerlo. El ex comandante había sido informado el martes que sería destituido de su cargo debido a que su conducta "no se adecuaba a la Constitución Política del Estado", según el ministro Juan del Castillo, que recordó que "en un principio" Zúñiga reaccionó con tranquilidad ante la noticia.
Luis Arce, presidente de Bolivia, este jueves. Crédito: Henry Romero/Reuters
"Nadie se hubiese imaginado que al día siguiente, antes del cambio de mando de estas personas, hubiese ocurrido un golpe de estado fallido en nuestro país", acotó el funcionario. El miércoles por la noche, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, aclaró a los periodistas que Zúñiga, en su confesión a la policía, había dicho que "el intento de golpe fracasó porque los refuerzos no llegaron a tiempo". Mientras lo arrestaban, Zúñiga explicó que recibió "instrucciones de llevar a cabo el golpe bajo la dirección de Arce, para aumentar la popularidad del presidente", algo que Prada negó terminantemente.
Habló con el presidente, huyó y fue detenido
En pocas horas, Bolivia pasó de ver al comandante el Jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, diciendo que cambiaría el gabinete y liberaría a los presos políticos, a ver al mismo hombre, ya no arriba de una tanqueta y rodeado de soldados leales, sino abajo, a ras de piso, frente a los micrófonos, siendo detenido mientras aseguraba que la idea había sido del presidente Luis Arce.
El episodio vivido el miércoles 26 de junio en el país sudamericano pasará a la historia por la suma de extraños acontecimientos que, uno tras otro, dieron forma a lo que el mandatario boliviano llamó sin rodeos "intento de golpe de Estado". Visto a corto plazo, la historia empieza a desarrollarse el martes, cuando en una entrevista Zúñiga arremetió contra Evo Morales, señalando que "ese señor no puede volver a ser más presidente de este país", y advirtiendo que si se daba la necesidad, el Ejército detendría al líder del MAS.
Juan Jose Zúñiga tras ser detenido. Crédito: Claudia Morales/Reuters
Ese mismo día, por esas palabras, Arce destituyó a Zúñiga. Sin embargo, este no se dio por enterado y siguió en sus funciones, al punto de que un día después tomaría la Plaza Murillo -centro del poder político boliviano- y con una tanqueta derribaría una puerta de acceso del palacio presidencial. Lo que vino después parece de novela: conversó con el presidente, se negó a seguir sus órdenes, abandonó el lugar, estuvo largos minutos hablando por celular dentro de la tanqueta y, cuando el gobierno nombró un nuevo alto mando militar, huyó. Poco después fue detenido, mientras daba declaraciones a la prensa.
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