El presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro del Interior, Christophe Castaner, se han reunido esta mañana en el Elíseo con representantes del culto musulmán para explicarles su estrategia en la defensa del laicismo y pedirles su colaboración. Según uno de los asistentes, Anuar Kbibej, el Gobierno prepara “medidas fuertes” contra el ‘comunitarismo”, ese repliegue identitario -calificado también de “separatismo”- que amenaza con crear sociedades aparte, dentro de la misma Francia, y pone en peligro algunos valores esenciales de la República.
Tenés que leerFrancia, Europa y el Islam Las medidas administrativas que se estudia adoptar no han sido concretadas en el encuentro de este lunes, pero el mismo Macron, en una reciente entrevista con la cadena RTL, adelantó que puede haber prohibiciones de ciertas prácticas y la disolución de asociaciones cuya actividad se considere un peligro. Según el presidente, se será “inflexible” en la defensa de las leyes de la República.
Macron avanzó en una entrevista que puede haber prohibiciones de ciertas prácticas y la disolución de asociaciones consideradas peligrosas
En declaraciones a la emisora BFM-TV, Kbibej, que es vicepresidente del Consejo Francés del Culto Musulmán, ha señalado que se les ha solicitado su colaboración para detectar fenómenos de radicalización y contribuir a definir cómo se puede vivir la fe musulmana en Francia. Dentro de un mes habrá otra reunión similar para conocer con mayor claridad las intenciones gubernamentales y hasta dónde se quiere llegar. La cita de hoy se ha organizado con gran rapidez. No estaba prevista en la agenda presidencial y se comunicó a la prensa a última hora del domingo.
El presidente ha tenido que implicarse en el debate después de que el uso del velo islámico haya vuelto a generar una fuerte controversia. La prohibición del hiyab por parte de las mujeres acompañantes en visitas escolares será abordada en el Parlamento, a instancias de Los Republicanos (derecha). En su entrevista con RTL, Macron reconoció que es urgente enmarcar bien el debate sobre el laicismo y el encaje del islam en Francia, pues a menudo hay “confusión” al hablar de estos problemas, con equiparaciones erróneas, por ejemplo entre el ‘comunitarismo’ y el terrorismo.
La prohibición del hiyab por parte de las mujeres acompañantes en visitas escolares será abordada en el Parlamento
“El comunitarismo no es terrorismo, aunque mucha gente los confunde -dijo el jefe de Estado-. Pero existe el hecho de que en ciertos lugares de nuestra República hay un separatismo que se ha instalado; es decir, la voluntad de no vivir ya juntos, de no estar ya dentro de la República, en nombre de una religión, el islam, desvirtuándolo”.
No es nada fácil para Macron abordar unas realidades que generan tensión social y son muy susceptibles de instrumentalización política. En el propio movimiento creado por el presidente, La República en Marcha (LREM), hay división de opiniones sobre la tolerancia respecto al y a otras cuestiones relacionadas con la visibilidad de la identidad musulmana.
Es difícil establecer una frontera entre el respeto a la libertad religiosa y el peligro de aceptar de brazos cruzados el proselitismo y la radicalización. Estas cuestiones vinculadas con el islam en Francia, así como las derivadas de la política de inmigración y asilo, pueden tener un peso considerable en las elecciones municipales del próximo marzo, en las que Macron necesita un buen resultado para consolidar LREM y colocarse en buena posición para ser reelegido en el 2022.
El problema del movimiento macronista es que nació como una amalgama de tránsfugas socialistas desengañados y de conservadores incómodos con sus partidos. Conviven, pues, sensibilidades muy diversas. Una postura dura con el islam puede atraer votos del electorado de derechas -cortejado desde el principio por Macron-, aunque también ahuyentar a votantes de centroizquierda.