Lunes 21.5.2018
/Última actualización 10:39
Maduro fue reelegido para un periodo de seis años desde 2019 hasta 2025. Con ello, el jefe de Estado cimenta el vasto poder del chavismo, más de dos décadas después de iniciada la "revolución bolivariana" de Hugo Chávez y en medio de una crisis económica y social sin precedentes en el país sudamericano.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), el actual jefe de Estado obtuvo el 68 por ciento de los votos en unos comicios marcados por una baja participación después de que gran parte de la oposición llamara al boicot.
El único candidato opositor de peso que aceptó participar en unas elecciones que él mismo consideraba dudosas, Henri Falcón, obtuvo sólo el 21 por ciento de los apoyos, según las cifras oficiales. Falcón, sin embargo, rechazó reconocer los resultados antes incluso del anuncio oficial.
"Nosotros estamos obteniendo un récord histórico. Nunca antes un candidato presidencial había ganado el 68 por ciento de la votación popular y nunca antes le había sacado 47 por ciento por el pecho al segundo candidato. Knockout, quedó groovy (mareado)", se burló Maduro de su rival.
Maduro ganó con más de 5,8 millones de votos, frente a unos 1,8 millones de apoyos para Falcón. La participación fue del 46 por ciento. Según el CNE, apenas unos ocho millones de los 20,5 millones de venezolanos llamados a las urnas acudieron a votar.
La baja participación representa un revés para Maduro, que decía que esperaba ganar con 12 millones de votos.
Gran parte de la oposición había llamado a boicotear unos comicios que consideraba fraudulentos por la falta de garantías. La alianza opositora Frente Amplio habló de una participación inferior al 30 por ciento.
"Este proceso no fue real, no lo reconocemos y exigimos que se convoquen nuevas elecciones", dijo Falcón antes de que se conocieran los resultados.
Falcón, un ex militante chavista que se alejó del Gobierno en 2010, criticó sin embargo también a los grupos opositores por promover la abstención.
"Hoy queda claro que esa propuesta de llamar a la abstención ha dejado atrás una oportunidad extraordinaria para darle cauce cierto (a una solución) a la tragedia que vive Venezuela", dijo. "La abstención incrementa la eficacia de la trampa".
El opositor habló de "serios cuestionamientos" acusando al chavismo, entre otras cosas, de controlar que los receptores de programas sociales gubernamentales votasen a favor de Maduro a través de los llamados "puntos rojos", unos puestos de simpatizantes chavistas colocados cerca de los centros electorales.
"El presidente ofreció pagos", acusó Falcón, que habló de 12.700 "puntos rojos" instalados por todo el país.
Además del boicot opositor, las elecciones no eran reconocidos por gran parte de la comunidad internacional.
El llamado Grupo de Lima, que reúne a 14 países americanos (Argentina, Brasil, México, Colombia, Chile, Perú, Canadá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá, Paraguay, Santa Lucía y Guyana) señaló que no reconocerá los resultados. La Unión Europa y Estados Unidos también rechazaron de antemano el proceso.
Los comicios son controvertidos porque los principales líderes opositores venezolanos están inhabilitados para participar, otros están presos o en el exilio.
En varios países hubo protestas contra Maduro, entre ellos en Colombia, país en el que se estima que vive un millón de venezolanos tras el éxodo masivo de los últimos meses.
El chavismo cuenta con un poder cada vez más abarcador en Venezuela un lustro después de la muerte del carismático Hugo Chávez.
Desde julio del año pasado el partido de Gobierno controla el Legislativo, después de la elección de una controvertida Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en un proceso también criticado como fraudulento.
La ANC, que debe elaborar una nueva Constitución para sustituir a la primera Carta Magna redactada por el chavismo en 1999, anuló en la práctica los poderes de la Asamblea Nacional, que había pasado a manos de la oposición tras las elecciones legislativas de diciembre de 2015.
La oposición también acusa al chavismo de haber sometido a la Justicia, así como a los principales medios de comunicación. El año pasado hubo asimismo acusaciones de fraude en las elecciones regionales.
Los venezolanos estaban llamados a las urnas en medio de la peor crisis económica y social en la historia de Venezuela. El país sudamericano sufre la inflación más alta del mundo, con una tasa acumulada que debe alcanzar el 13.000 por ciento a fin de año, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional.
Debido a la falta de divisas, Venezuela no puede importar gran parte los alimentos y medicinas que necesita.
Cientos de miles de venezolanos abandonaron en los últimos meses su país en un éxodo masivo hacia los países vecinos, sobre todo Colombia, Brasil, Perú, Chile y Argentina.
Maduro asumió el poder en 2013 tras la muerte de Chávez, artífice del llamado "socialismo del siglo XXI" desde 1999. El chavismo impulsó desde entonces numerosos programas sociales para ayudar a las clases más necesitadas, pero también es acusado desde hace tiempo de tendencias autoritarias.
Pese a sus duras críticas a la oposición, Maduro llamó en la noche del domingo a un diálogo para lograr la reconciliación nacional.
"Yo soy el presidente de los que votaron por mí, de los que votaron por los candidatos de la oposición y los que no votaron", dijo el jefe de Estado. "Hoy mismo, domingo 20 de mayo, convoco a una gran jornada de diálogo nacional", agregó.