Cientos de manifestantes independentistas catalanes se enfrentaban con la policía en el centro de Barcelona en el marco de la jornada de huelga en Cataluña, en rechazo a las altas condenas contra los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Cientos de manifestantes independentistas catalanes se enfrentaban con la policía en el centro de Barcelona en el marco de la jornada de huelga en Cataluña, en rechazo a las altas condenas contra los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
Los choques se produjeron en cercanías del tramo final de donde se encuentran los participantes de una multitudinaria movilización convocada por las principales organizaciones secesionistas, que colapsó la capital condal, a donde llegaron columnas de manifestantes que en estos momentos cubren casi todo el céntrico Paseo de Gracia.
Los disturbios comenzaron en la Vía Laietana de Barcelona, frente a la jefatura superior de Policía, donde desde las primeras horas del día se fueron concentrando estudiantes del movimiento separatista, ejerciendo presión sobre los agentes, lanzando huevos, pintura, botellas, piedras y otros objetos peligrosos.
Dos jóvenes fueron arrestados tras las primeras intervenciones de la policía nacional, que dispersó momentáneamente a los manifestantes, quienes luego realizaron una sentada frente a los agentes antidisturbios como muestra de resistencia.
A los gritos de "¡Fuera las fuerzas de ocupación!" se sumó el lanzamiento de objetos, lo que fue escalando la tensión hasta que la policía volvió a actuar, esta vez con más dureza, con disparos de balas de goma.
Al menos un fotógrafo y un agente resultaron heridos por el impacto de objetos y tuvieron que ser atendidos por los servicios de emergencia, según pudo constatar Télam.
En poco tiempo, los manifestantes incrementaron su nivel de violencia, levantando barricadas, prendiendo fuego a contenedores, que ardieron en medio de la calle, reproduciendo los episodios de violencia vivido en las últimas cuatro noches. A los estudiantes se les sumaron grupos de jóvenes que se autodenominan "antifascistas" teniendo como blanco principal las fuerzas de seguridad.
Desde el lunes, cuando se publicó la sentencia que condena hasta 13 años de prisión a los líderes del fallido proceso de secesión de 2017, el movimiento independentista se encuentra en pie, protestando de forma ininterrumpida contra lo que consideran una nueva actuación represiva del Estado español.
Con información de Télam