El Litoral
Los demócratas pidieron medidas más estricas, los republicanos los criticaron por lo que perciben como oportunismo político.
El Litoral
DPA
El ataque en Las Vegas que dejó al menos 59 muertos y 527 heridos reabrió el debate sobre la necesidad de endurecer o no la posesión de armas en Estados Unidos, pese a que la Casa Blanca insistió en que hacerlo sería precipitado.
Los partidos demócrata y republicano insistieron en las posturas ya conocidas que defiende cada uno: mientras los demócratas pidieron medidas más estricas, los republicanos los criticaron por lo que perciben como oportunismo político.
"No podemos erradicar el mal de la Tierra", tuiteó el lunes el líder de la minoría demócrata en el senado Chuck Summer. "El Congreso no puede hacerlo. Los presidentes no pueden hacerlo". Pero el Congreso "puede y debe" aprobar leyes para evitar que las armas caigan en "manos equivocadas", insistió.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió que se apruebe una ley que permite comprobar los antecedentes de los compradores de armas y crear un comité que recomiende vías de enfrentar la amenaza de las armas.
La ex candidata demócrata Hillary Clinton llamó a oponerse al lobby pro armas de la Asociación Nacional del Rifle (NRA). "Debemos dejar de lado la política, levantarnos contra la NRA y trabajar juntos para evita que esto vuelva a ocurrir".
La ex congresista Gabrielle Giffords, que recibió un disparo en la cabeza en un acto en 2011 en Arizona, también acudió el lunes junto a su marido, el ex astronauta Mark Kelly, al Capitolio para recordar a las víctimas del tiroteo en Las Vegas. "Sus pensamientos y oraciones no van a evitar el próximo tiroteo", sino sólo "la acción y el liderazgo", dijo Giffords.
También el presentador estadounidense Jimmy Kimmel, que creció en Las Vegas, se involucró en el debate, al pedir entre lágrimas en su show nocturno una ley de tenencia de armas más estricta en el país. "Ningún ciudadano estadounidense necesita un arma automática o diez", dijo al inicio de su programa.
Los políticos que apoyan la posesión de armas deberían rezar y pedir perdón porque el lobby proarmamentístico tenga tanta influencia. "La consecuencia son sólo niños sin padres, padres sin hijos, madres sin hijas". Por eso pidió a sus espectadores que se dirijan a los congresistas para pedirles que cambien algo en esa ley. "No basta con solo rezar".
Sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ya dijo el lunes que consideraba precipitado debatir medidas mientras no se conozca el trasfondo del tiroteo. "El presidente ha dejado claro que es un defensor de la Segunda Enmienda", añadió el lunes tras ser preguntada sobre el tema.
El propio Trump no mencionó el control de armas al hablar del tiroteo. En abril dijo a la NRA que tenía "un verdadero amigo en la Casa Blanca".