Veníamos anunciándolo: Lviv en cualquier momento puede volver a la escena bélica por su estratégico rol con los refugiados ucranianos que buscan salvarse de la catástrofe que afronta su país. Este sábado, a las 16.30 horas local, lo que pareció una explosión llamó la atención. Se sucedieron dos estruendos más que no dejaron dudas. Las sirenas ya habían sonado, pero, ante la costumbre de escucharlas, nadie esperaba que esto ocurriese.
Los estallidos fueron seguidos de sirenas de bomberos, ambulancias y patrulleros que comenzaban a moverse. Salimos a la vereda del lugar donde nos hospedamos y, casualmente, discutíamos las próximas coberturas. Una enorme columna de humo, muy cercana, se abría paso en el paisaje. Nuestro anfitrión encendió el auto y nos llevó hasta el lugar más cercano donde el acceso vehicular estaba permitido. Las autoridades ya habían cercado todo. Tras avanzar a pie varios metros, llegamos hasta dos cuadras del incendio. Allí, con fusiles y armas largas, los federales impedían el paso en medio de una crisis nerviosa lógica. Incluso esgrimían insultos contra los efectivos de la policía local que pretendían colaborar con las tareas. Los bomberos y ambulancias no dejaban de entrar.
Es una zona industrial. El olor a goma, a cubierta quemada, es insoportable. Algunos obreros hablan de depósito de combustibles, otros de fábrica de ruedas. El humo se mezcla con la lluvia y el entorno es insoportable. Retrocedemos algunos metros para poder trabajar. Los militares detenían a todos aquellos que apenas tocaban sus teléfonos.
Como ya escribimos, Ucrania cuida la información sobre el impacto de los ataques rusos. Eso tiene que ver con evitar afinar la puntería enemiga y no facilitarles la información sobre si han dado en el blanco buscado o no.
Sabemos así que Maksym Kozytskyy, el Jefe de la Administración Militar del Óblast de Lviv, informa que las tres explosiones son el resultado de un ataque con dos misiles. Agrega que 5 personas resultaron heridas. “Hay riesgo de más ataques con misiles, no salgan de los albergues” solicita, mientras no da detalles de las infraestructuras afectadas por el ataque denunciado.
Desde Rusia no hubo una proclama por este ataque, pero no es menor subrayar que Lviv se encuentra a menos de 200 kilómetos de la ciudad polaca que más temprano visitó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intentando demostrar su interés de defender a esta región de Europa del Este del asedio ruso. Las explosiones fueron, en línea recta, a menos de dos kilómetros desde donde El Litoral cubre esta guerra.