El Litoral
Varias encuestas publicadas este jueves en Israel mostraron que la mayoría de sus ciudadanos cree que el primer ministro Benjamin Netanyahu tiene que renunciar, luego de que la policía recomendara al fiscal general procesarlo por dos casos de corrupción.
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Télam
Según un estudio del Instituto Midgam para el Canal 2 de noticias, un 48 % de israelíes cree que el jefe del gobierno debe dimitir, mientras que un 36 % piensa que no debe hacerlo y un 16% no sabe o no contesta.
Entre los que se reconocen como votantes de su partido, el Likud, la proporción de los que lo apoyan es de un 68 %, mientras que solo un 19 % opina que debería irse, informó este jueves el diario Maariv.
La encuesta publicada por el periódico mostró además que el Likud sigue siendo el partido líder en intención de voto, con 26 escaños en el Parlamento, cuatro menos de los que tiene ahora, pero uno más que en la última encuesta.
Otro estudio, encargado por el Canal 10 de televisión, aumenta hasta un 50 % los ciudadanos que creen que Netanyahu debe dimitir o declararse incapacitado para gobernar temporalmente, informó la agencia de noticias EFE.
Esta segunda encuesta aumenta a 27 los escaños que conseguiría hoy el Likud, tres más que los que arrojó la anterior encuesta hecha por este mismo medio, lo que muestra que el escándalo de corrupción apenas ha afectado por el momento a la intención de voto.
El primer ministro recibió ayer el apoyo de sus socios en la coalición de gobierno -que agrupa a seis partidos-, que se comprometieron a seguir apoyándole, al menos mientras no haya una imputación en firme por parte de la Fiscalía, algo que ésta aún tiene que estudiar si hace y que podría tardar varios meses.
La policía recomendó esta semana al fiscal general que Netanyahu sea imputado por soborno, fraude y abuso de confianza en dos casos en los que era investigado.
Uno de ellos por aceptar de millonarios regalos por valor de 230.000 euros a cambio de mediar a su favor, y el otro por tratar de lograr cobertura favorable de un periódico prometiendo dañar la difusión del diario rival.