El próximo martes 1 de octubre se llevará a cabo la ceremonia de investidura de Claudia Sheinbaum como presidente de México con una gran polémica en torno a la lista de invitados.
Se calificó de “inaceptable” la exclusión de Felipe VI. Desde el país latinoamericano argumentan nunca haber recibido respuesta de una carta enviada a la corona en 2019.
El próximo martes 1 de octubre se llevará a cabo la ceremonia de investidura de Claudia Sheinbaum como presidente de México con una gran polémica en torno a la lista de invitados.
Como es habitual, mandatarios de Latinoamérica y del mundo que poseen lazos fuertes con el país de la ceremonia suelen recibir las tradicionales invitaciones formales. En el caso de México, al igual que Argentina, se suele emitir dichos mensajes a España.
Pero la invitación sólo llegó para el presidente Pedro Sánchez, sin incluir al rey Felipe VI. Esto derivó en una serie de declaraciones de las respectivas autoridades.
Desde el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador y de la que será la primera mujer presidenta argumentaron que la formalidad para con la corona española no fue enviada ya que aún se encuentra sin responder una carta del año 2019, en la cual se reclamaba el perdón "a los pueblos originarios por las violaciones de lo que hoy llamamos derechos humanos".
En su momento, el texto generó otras controversias al terminar filtrado en los medios de comunicación, algo que no agradó en México y derivó en una publicación del propio AMLO en Facebook.
La única respuesta por aquel entonces llegó a modo de lamento por la viralización del contenido, pero rechazando el mismo. No se tomó el pedido de perdón en el marco de los 200 años de la independencia mexicana, pero igualmente La Moncloa aseguró que los "pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria".
Como reacción a esta medida, España rechazó la invitación a Sánchez y el presidente europeo no estará el 1 de octubre.
“El gobierno de España considera inaceptable la exclusión del rey de la invitación a la toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, el próximo 1º de octubre en Ciudad de México. Por este motivo el gobierno de España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel”, reza el comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores español.
El nuevo episodio lo sumó la propia Sheinbaum, quien compartió una nota en la que hace alusión a la carta de AMLO en 2019 (con intentos de retomar la idea en 2021 y 2022 incluso con restricciones a empresas españolas) y comentó que “lamentablemente no mereció respuesta alguna de forma directa”.
El escándalo no escapa de la agenda política interna de lo que será la nueva gestión mexicana. Esta semana el Senado aprobó una reforma que eleva los derechos de los pueblos indígenas a rango constitucional.
Si bien, esta reforma en concreto no generó rispideces en el Senado ya que contó con la aprobación unánime de la cámara, se da en el marco de un paquete de 18 proyectos constitucionales y dos legales, entre los que se incluye la contradictoria reestructuración del poder judicial, que ahora elegirá sus autoridades mediante el voto popular.
Reforzar el discurso de la reforma más avalada por los legisladores y parte de la población pareciera ir de la mano con la decisión de excluir a Felipe VI, monarca que ya participó de unas 80 asunciones anteriormente.
El talón de aquiles de la reforma se encuentra paradójicamente en los pueblos originarios. A pesar de que ahora se reconoce la composición multiétnica y pluricultural del país para las 23 millones de personas identificadas dentro de 68 pueblos indígenas, algunos espacios como las Redes de Asociaciones Indígenas y Colectivos en Chiapas han manifestado su preocupación esta semana.
La principal problemática de este estado pasa por la violencia y el narcotráfico, dramas que entienden no estarían contemplados en la flamante reforma constitucional.
En las últimas horas se han viralizado imágenes del autodenominado Ejército Civil Indígena en Pantelhó, Chiapas, con indumentaria y armamento de combate bajo el reclamo de la inacción estatal ante los grupos delictivos.
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