El Litoral
La diplomacia asiática se pone en marcha ante la inminente cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos y los avances en la desnuclearización: el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, viajó este miércoles al país comunista, mientras Japón planea una cumbre a tres bandas para coordinar posturas.
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dpa
Wang viajó este miércoles a Pyongyang para una visita de dos días, en lo que supone la visita del funcionario chino de más alto rango a Corea del Norte en los últimos años, según la agencia de noticias Xinhua. No está claro sin embargo si el ministro será recibido por el presidente Kim Jong-un.
Kim visitó por sorpresa China a finales de marzo, en el marco de un reacercamiento tras años de relaciones más bien frías con su aliado debido a los ensayos nucleares y misilísticos de Pyongyang y al apoyo de China a las sanciones internacionales contra el país comunista. Durante años, China ha sido el principal socio comercial de Corea del Norte.
También Japón tomó hoy la iniciativa para contribuir a los avances en la desnuclearización en la península coreana: el primer ministro, Shinzo Abe, anunció una cumbre trilateral la próxima semana en la que participarán el primer ministro chino, Li Keqiang, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
Los tres líderes mantendrán conversaciones el 9 de mayo, anunció hoy Abe en una rueda de prensa desde la capital jordana Ammán, durante un viaje a la región.
Se espera que el presidente surcoreano informe durante ese encuentro de los resultados de la histórica cumbre intercoreana del pasado viernes con el líder norcoreano Kim Jong-un. Allí, en la localidad fronteriza de Panmunjom en la zona desmilitarizada, Kim manifestó su disposición a un desmantelamiento total de su arsenal nuclear y los dos países acordaron avanzar para poner fin oficial a la Guerra de Corea.
"Debemos guiar el impulso para que Corea del Norte emprenda acciones concretas para la completa desnuclearización de la península coreana", dijo este miércoles Abe, citado por la agencia de noticias Kyodo. Hasta ahora, el jefe de Gobierno nipón había quedado bastante al margen de la actividad diplomática que facilitó los avances en la disputa con el país comunista.
El punto culmen de esos avances será un encuentro entre Kim y Trump, previsto a finales de mayo a comienzos de junio y cuyo lugar está aún por definir. Recientemente Trump propuso también Panmunjom como sede del encuentro, el mismo lugar donde se reunieron Moon y Kim.
En la cumbre intercoreana se acordó cerrar este año un acuerdo de paz que ponga fin al armisticio que puso fin a la guerra de Corea en 1953, pero que dejó técnicamente a los dos países en guerra. Para lograr ese acuerdo, sin embargo, se necesitará la participación en las negociaciones de Estados Unidos y posiblemente también de China, ya que Pekín luchó junto a los combatientes del norte con sus "voluntarios" mientras que Estados Unidos y 15 miembros de la ONU apoyaron al sur.
La cumbre en Tokio supondrá también un nuevo acercamiento entre Japón, China y Corea del Sur: la de Li -entre el 8 y el 11 de mayo- será la primera visita de un primer ministro chino a Japón en ocho años, coincidiendo con el 40 aniversario de la firma del acuerdo de amistad entre los dos países. Por su parte, el de Moon es también el primer viaje de un presidente surcoreano a Tokio en seis años.
La relación entre China y Corea del Sur con Japón ha sido tensa debido a la política conservadora de derechas del jefe de Gobierno Abe y su gestión del pasado bélico japonés.