Al menos ocho personas murieron en una operación policial que incluyó un intenso tiroteo con grupos de narcotraficantes en un conjunto de favelas de la zona norte de Río de Janeiro que, además, provocó el cierre de 17 escuelas y tres centros médicos de la región, se informó hoy oficialmente.
La operación se inició a las 5 en Vila Cruzeiro y creó un clima de terror en la población, que por las redes sociales denunció una "lluvia de balas" y mostró imágenes de cadáveres en los pasillos de las favelas.
La operación estuvo a cargo de la Policía Militar de Río de Janeiro y la Policía Federal y tuvo como objetivo desmontar una red de narcotráfico que alistaba a menores de 12 años en el crimen organizado y asaltaba a camiones de carga en la entrada de la ciudad.
El principal objetivo era busca al jefe del narcotráfico de la región de Jacarezinho, Chico Bento, uno de los jefes de la banda criminal Comando Vermelho (Comando Rojo).
"Encontramos gran resistencia para cumplir la operación, que fue realizada mediante un trabajo de inteligencia de muchos meses", dijo el secretario de la policía militar del estado de Río, Luiz Marinho.
Una persona fue detenida y fue confiscado un arsenal con armas de grueso calibre.
La operación ocurrió pese que el Supremo Tribunal Federal pidió al Gobierno de Río instruir a la Policía para reducir la letalidad en sus operaciones, luego de que el 6 de mayo pasado 25 personas fueron masacras durante una redada policial, algunas de ellas ejecutadas.
La Corte Suprema decidió a inicios de este mes, con la oposición del bolsonarismo, instalar equipamientos de grabación de audio y video en los uniformes de las fuerzas policiales para seguir en tiempo real los movimientos de los agentes, algo que ya se ha instalado en el vecino estado de San Pablo.