Al menos seis personas han muerto en el estado norteamericano de Luisiana por el paso del huracán "Laura", que ha quedado degradado a la categoría de depresión tropical tras ir perdiendo fuerza progresivamente desde que tocó tierra en la parte continental de Estados Unidos el jueves de madrugada.
"Laura" tocó tierra como un huracán de categoría cuatro --en una escala de cinco--, con vientos máximos sostenidos de 240 kilómetros. Sin embargo, los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes (CNH) se han cumplido y el ciclón ya sopla este viernes con vientos de 55 kilómetros por hora a su paso por Arkansas.
Las autoridades de Luisiana intentan ahora hacer balance de unos estragos que incluyen daños en viviendas y cortes en el suministro eléctrico que habrían dejado sin luz a cientos de miles de personas. El gobernador, John Bel Edwards, ha afirmado que los efectos no fueron tan "catastróficos" como se predijo, pero aun así hay "una gran cantidad de daños".
El Departamento de Sanidad del estado ha confirmado seis fallecidos, tres de ellos en dos localidades costeras y la mitad restante en la zona norte. Cuatro de estas muertes se debieron a la caída de árboles debido al fuerte viento, según la cadena NBC News.
Texas, que también estaba amenazado por 'Laura', ha "esquivado la bala", en palabras de su gobernador, Gregg Abbott. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que la próxima semana visitará tanto Luisiana como Texas en señal de apoyo.