Muhammad al-Bashir, ingeniero eléctrico nacido en 1983 y jefe del "Gobierno de Salvación Siria" (SSG, siglas en inglés) en Idlib bajo los auspicios de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), encabezará los esfuerzos para formar un nuevo Gabinete luego de la rápida caída del Gobierno del presidente Bashar al-Assad ocurrida el domingo, reportó el medio en línea Sawt al-Asima.
El SSG, formado en 2017 por el HTS y otros grupos de oposición sirios durante la guerra civil siria, controlaba la autoridad administrativa y de servicios en zonas bajo control del HTS en Siria.
Los grupos milicianos dirigidos por el HTS emprendieron una gran ofensiva desde el norte de Siria a partir del 27 de noviembre y desde entonces avanzaron hacia el sur a través de las zonas controladas por el Gobierno, logrando capturar la capital Damasco en 12 días.
Nuevo hombre fuerte en Siria
Mientras tanto y por fuera de esta información de la agencia de noticias Xinhua, los medios del mundo mencionan a Abu Mohamed al Jolani, como el nuevo hombre fuerte de Siria. El sitio RFI lo presenta como "un camaleón en nombre e investidura".
Mirá también"Nuevo este": Israel atacó territorio sirio tras 50 años luego de la huída de Bashar al-Ásad a MoscúAhmed Husein al Chareh, tal su verdadera identidad, tiene 42 años y nació en la ciudad de Daraa, "cuna de la revolución siria". Pasó sus primeros en Arabia Saudita, donde su padre trabajaba como ingeniero petrolero. Luego se instaló en Damasco tras la ocupación de Israel de los Altos del Golán sirios, de donde era originaria su familia.
Vivió la adolescencia en Mezzeh, un barrio acomodado de la capital siria donde tuvo un buen nivel educativo, incluidos estudios avanzados de árabe literario. La segunda Intifada en Israel, año 2000, sería el origen de su radicalización. Y la invasión de los Estados Unidos a Irak, en 2003, lo que le llevó a tomar las armas.
En Mosul, se unió al grupo islamista ultra radical, Saraya al Mujahideen pero cayó preso. En 2024, juró lealtad a la rama iraquí de Al Qaeda, que más tarde se convertiría en el Estado Islámico (EI). Se acercó al jordano Abu Musab al Zarqaui, un fanático anti chiita conocido por su extrema crueldad (hacía degollar a sus rehenes).
Capturado por los estadounidenses y enviado al enorme campo de Bucca, en la frontera entre Irak y Kuwait, estuvo con otros 100.000 presuntos terroristas.
En aquel campo, considerado como la mayor incubadora de yihadistas, Al Jolani consiguió hacerse pasar por iraquí ante los agentes de inteligencia estadounidenses y, de esta manera, se libró de ser internado con los extranjeros.
Enseñó árabe clásico a los prisioneros, muchos de ellos líderes yihadistas, en particular al principal, el futuro "califa" de Mosul y fundador del Estado Islámico (EI), Abu Baqr al Bagdadi.
Una vez liberado, Al Bagdadi -quien, para entonces, había roto con Al Qaida- lo nombra jefe de operaciones del EI en la gran provincia iraquí de Nínive.
Acompañado de un pequeño grupo de yihadistas iraquíes y sirios, cruzó la frontera hacia Siria en 2011 para unirse a la insurrección contra Bashar Al Assad y allí comenzó su largo recorrido de activismo yihadista en Siria, en el que Al Jolani se convirtió gradualmente en una figura central y controvertida.
El 2012 asumió el liderazgo del Frente al Nosra, creado por Al Bagdadi.
Pero cuando el líder yihadista iraquí quiso fusionar el Frente al Nosra con el Estado Islámico, Al Jolani se negó, rompió con su mentor y juró lealtad a Ayman al Zawahiri, emir de Al Qaida.
La ruptura con Al Bagdadi provocó un cisma en el seno de la gran familia yihadista, con su cuota de terror y asesinatos, que se profundizaría en 2016 cuando Al Jolani decidió romper con al Zawahiri y Al Qaida. No cabe duda de que a estas rencillas subyace la codicia del poder, pero también son ciertas sus motivaciones ideológicas, y Al Jolani se ha perfilado como un nacionalista y hostil al yihadismo transnacional.
Durante los últimos ocho años, Al Jolani inentó sin éxito con los países occidentales. Se revindica nacionalista y promete a los sirios poder decidir su destino que durante años les negó.
"Una sorpresa que nadie sospechaba ni esperaba"
El sacerdote argentino Enrique González, destacado en Siria, reveló este lunes que la caída del régimen de Bashar al Assad en aquel país causó sorpresa desde que los rebeldes tomaron la ciudad de Alepo, ya que "era algo que nadie sospechaba ni esperaba".
"Hace cinco años que estoy viviendo en Siria", informó. Para el religioso, "fue inesperado que un régimen de 50 años cayera en nueve días". Enrique González precisó que su experiencia incluye labores pastorales en otros países de Oriente Medio durante años anteriores.
Mirá tambiénSiria: todo sobre la caída del régimen de Assad"La noche del viernes para el sábado fue muy difícil conciliar el sueño por los bombardeos de distintos calibres. Y los sonidos de los calibres más pequeños fueron los que causaron mayor preocupación", detalló. El cura argentino explicó las peripecias que debió afrontar su congregación, abandonando su lugar de residencia, yendo de un lugar a otro.
"Fue una semana entretenida, por decirlo de alguna manera. No sabemos quiénes son, qué quieren ni si van a respetar a las minorías, lo que hasta el momento, gracias a Dios, ha sucedido", comentó. González ofreció un detalle del avance de los rebeldes día por día, desde su furiosa presentación en Alepo hasta la llegada a Damasco, que se fue completando con el dominio de todo el territorio.
"En algunos lugares se han vuelto a tocar las campanas, han alentado a que pongamos en las calles los adornos navideños y que todo transcurra de manera normal", describió el sacerdote argentino el accionar de los rebeldes que llegaron al poder. También recordó la "opresión tremenda" que se vivió bajo el régimen anterior, de Bashar al Assad.
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