El presidente Hugo Chávez encontró en el cáncer al único enemigo que contuvo sus aspiraciones de mantenerse en el poder al menos por 20 años para avanzar en la instauración del socialismo en Venezuela, el quinto productor de petróleo del mundo.
Chávez, de 58 años, murió hoy en Caracas, donde se encontraba hospitalizado desde hace 15 días, tras ser trasladado desde La Habana. En Cuba había sido sometido a una cuarta operación para removar un tumor cancerígeno en el último año y medio. Con un perfil personalista, dejó en el aire su revolución bolivariana, que cosechó aplausos y rechazos en América Latina.
Apuntalado en la riqueza petrolera, el mandatario impulsó proyectos de integración y acuerdos energéticos que afianzaron sus relaciones con Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, entre otros.
Había ganado una segunda reelección en octubre de 2012 que le abrió el camino a una permanencia de dos décadas en la presidencia, antes de que la enfermedad lo fulminara y con él a su proyecto.
Chávez debía reasumir el poder el 10 de enero de 2013 para un tercer mandato hasta 2019, un horizonte que se había trazado en 1999 cuando se posesionó por primera vez. Sin embargo, las intervenciones quirúrgicas desde junio de 2011, complementadas con tratamientos oncológicos, no pudieron contener el avance de la enfermedad.
Una cuarta operación en Cuba por la recurrencia del cáncer, el 11 de diciembre, resultó definitiva. La mayor parte del proceso médico transcurrió en el círculo hermético de La Habana, donde se sentía como en casa por su amistad con los Castro.
El vicepresidente Nicolás Maduro, nombrado por el mismo Chávez como su abanderado en las elecciones que vendrán por su ausencia definitiva, fue el encargado de confirmar la noticia.
El gobernante deja tras de sí una oculta batalla por el poder, ya que su carácter de líder omnipresente y personalista apenas dio tiempo para darle un público aval a Maduro.
Chávez luchó desde junio de 2011 con un cáncer en el abdomen, sobre el cual el país no supo detalle. Nunca hubo un certificado confirmado por un equipo médico.
A comienzos de junio de 2011 fue operado de un absceso pélvico. A fines de ese mes informó que se sometió a una cirugía para extirparle un tumor cancerígeno y en febrero pasado pasó de nuevo por el quirófano por una ‘recurrencia‘ de la enfermedad.
Chávez enfrentó entre julio y octubre una dura campaña electoral, en la cual limitó sus presentaciones públicas, pero con todo el gobierno trabajando a su favor logró ganar el 7 de octubre otra reelección con el 55 por ciento de los votos, contra 44 por ciento de su rival Henrique Capriles Radonski.
Tras casi 14 años en el poder, Chávez se convirtió en una figura omnipresente para los venezolanos, cuyos mensajes llegaban por la televisión, la radio, afiches y todo espacio de propaganda.
Después de los tratamientos oncológicos, su imagen comenzó a desaparecer de las cámaras, desde donde consolidó su liderazgo por sus incontables intervenciones, discursos y mensajes al país de los más variados tonos.
Su programa de radio y televisión ‘Aló presidente‘ hizo una de sus últimas emisiones a comienzos de junio de 2011, cuando emprendió una gira por Brasil, Ecuador y Cuba, donde le detectaron primero un absceso pélvico y luego el tumor con células cancerígenas, según reveló el 30 de junio.
Según su propia confesión, su amigo Fidel Castro fue quien le dio la noticia de la enfermedad y lo aconsejó sobre el tratamiento a seguir.
La presencia de Chávez en televisión fue motivo de estudio de los especialistas de la comunicación, quienes midieron tanto sus programas ‘Aló presidente‘ como sus discursos en las campañas electorales en que participó.
Las miles de horas de arengas fueron aprovechadas para impulsar su proyecto político, que desde 2006 se declaró ‘socialista‘, con un encendido discurso que agudizó la división entre los venezolanos.
El líder bolivariano monopolizó el escenario político durante todo su gobierno que, comenzó en febrero de 1999.
La omnipresencia como presidente y líder político le ganó un apoyo popular que le dio victorias electorales sucesivas y un nivel de aprobación más allá del lógico desgaste de casi 14 años de gobierno.
Analistas como Óscar Schemel, de la firma Hinterlaces, afirman que entre Chávez y el pueblo más pobre se creó un lazo de fe religioso que lo hacía ver entre sus seguidores como alguien más allá de la condición humana.
Pero eso cambió luego de enfermarse, ya que se mostró débil y vulnerable, distinto al enérgico Chávez que recorría al país para dar tres discursos en lugares ubicados a kilómetros en un solo día.
Después de una carrera meteórica que comenzó el 4 de febrero de 1992, con un fracasado intento golpista que dirigió como jefe de un comando de paracaidistas del Ejército, comenzó a dar signos de resquebrajamiento en abril de 2011, cuando una lesión de rodilla lo obligó a guardar reposo.
Su imagen casi de ser invulnerable, ajeno a las flaquezas humanas, se desinfló en apenas semanas tras el anuncio de su operación, que vino desde La Habana el 10 de junio de ese año.
El mandatario bolivariano hizo lo que jamás se le hubiera ocurrido a otro gobernante de Venezuela, al amenazar con cortar los suministros de petróleo a Estados Unidos, una constante durante el mandato de George W. Bush.
Solía decir que su gobierno era amenazado por Washington, que quería sacarlo del poder, lo que generó roces constantes, aunque los barriles siguieron fluyendo hacia el norte con ganancias multimillonarias en una época de precios altos.
Chávez nació el 26 de julio de 1954 en la ciudad occidental de Barinas, en una familia de clase baja. Cuando joven jugó béisbol y luego ingresó a la Academia Militar en los años de 1970, con ideales izquierdistas.
En la década de 1980 formó un grupo clandestino en los cuarteles que conspiró contra el orden constituido y reveló su carta el 4 de febrero de 1992 al intentar derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez.
Tras la derrota de la sedición, Chávez fue encarcelado y luego perdonado por el presidente Rafael Caldera en 1994. A partir de entonces emprendió una campaña política que lo llevó a la presidencia.
Al salir de prisión en 1994, una de sus primeras decisiones fue visitar La Habana, donde fue recibido por Fidel Castro con honores. Usualmente ponía al régimen comunista como paradigma del sueño bolivariano.
DPA