El opositor ruso Alexey Navalny presentó una demanda contra el centro penitenciario IK-3, en cuyo hospital se encontraba internado, informaron en el tribunal del distrito Oktiabrski de la ciudad de Vladimir.
El opositor ruso Alexey Navalny presentó una demanda contra el centro penitenciario IK-3, en cuyo hospital se encontraba internado, informaron en el tribunal del distrito Oktiabrski de la ciudad de Vladimir.
"La demanda nos llegó ayer", dijeron fuentes del tribunal pero rehusaron dar más detalles, informó la agencia de noticias Sputnik.
Más tarde en la web del tribunal se explicó que la demanda tiene que ver con el hecho de que a los abogados se les prohibió acudir a una cita con Navalny con teléfonos y laptops.
Navalny, quien desde marzo cumple una condena de dos años y medio en la colonia penitenciara de Pokrov, 180 kilómetros al este de Moscú, por cometer fraude y blanqueo en 2014, se declaró en huelga de hambre el 31 de ese mes para exigir que las autoridades penitenciaras le permitieran ver a un médico invitado, alegando que los galenos de la prisión no le podían ayudar con sus dolores de espalda y la pérdida de sensibilidad en las piernas.
A mediados de abril el opositor ruso y acérrimo enemigo del Kremlin fue trasladado al hospital del centro penitenciario IK-3 en Vladimir.
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Navalny, de 44 años, ya había presentado tres demandas ante el tribunal de la localidad de Petushki, en la región rusa de Vladimir, por las acciones de los empleados del centro penitenciario IK-2 .
A principios de febrero pasado la Justicia rusa dictaminó que Navalny había violado reiteradamente las reglas de conducta impuestas en el expediente de libertad condicional e hizo efectiva una pena suspendida de 3 años y medio de cárcel.
El recurso de la apelación no prosperó, pero se le restó un año de pena por el tiempo en que el opositor había pasado bajo arresto domiciliario.
Antes de su detención en enero pasado, Navalny se encontraba en Alemania, donde recibía tratamiento tras un supuesto envenenamiento con una sustancia de acción neuroparalizante en la ciudad rusa de Tomsk en agosto de 2020, de la que el opositor hace responsable -sin pruebas- al Gobierno ruso, que el Kremlin negó desde un principio.