Las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno de transición de Siria lanzaron este jueves una serie de operaciones en la provincia de Tartus para perseguir a "milicias" afines al depuesto dictador Bashar al-Assad.
El Mando de Operaciones Militares con sede en Damasco envió más refuerzos a la costa siria para repeler intentos de las tropas del antiguo régimen. Así lo dispuso la organización que nuclea a los diversos grupos opositores que derrocaron al dictador a principios de mes. Este despliegue se suma al de los soldados enviados en las últimas horas a Latakia y Tartus.
Las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno de transición de Siria lanzaron este jueves una serie de operaciones en la provincia de Tartus para perseguir a "milicias" afines al depuesto dictador Bashar al-Assad.
Así lo informó la agencia oficial Sana, después de los mortales enfrentamientos ocurridos el miércoles en una zona donde la rama del islam a la que pertenece el depuesto mandatario es mayoritaria.
La operación "permitió neutralizar" a miembros de estas "milicias", indicó Sana.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó "detenciones" vinculadas a los enfrentamientos del miércoles en Jirbat al Maaza, donde murieron catorce soldados del actual gobierno, así como manifestaciones de los alauitas, la rama del islam a la que pertenece al-Assad. La fuente mencionada, también anunció el envío de refuerzos a la zona.
"El Mando de Operaciones Militares envía más refuerzos militares a la costa siria", dijo la organización que amalgama a los diversos grupos que derrocaron al régimen de al-Assad en un escueto mensaje en Telegram, sin dar a conocer más detalles del despliegue, que se suma a los ya enviados en las últimas horas a Latakia y Tartus.
El Mando de Operaciones es una fuerza compuesta por facciones sunitas, capitaneadas por el Organismo de Liberación del Levante (HTS, en árabe), y respaldada por Turquía.
Este grupo el pasado 8 de diciembre derrocó a Bashar al-Assad en una ofensiva relámpago, que acabó con un régimen que se sostenía en parte gracias al apoyo de Rusia, Irán y de varias milicias proiraníes que operan en la región, como Hezbolá.
Algunos medios y organizaciones, incluido el OSDH, que cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el propio terreno, han asegurado en los últimos días que numerosos ex militares del depuesto régimen -cuyos mandos provenían desproporcionadamente de la minoría alauita- se refugiaron en zonas montañosas y aldeas tras la huida del dictador con destino a Rusia.
Quizás ajeno a estos movimientos, al-Assad aún permanece en la capital rusa como "protegido" del Kremlin junto a su familia, entre las que se encuentra su esposa, quien está gravemente enferma según algunos medios británicos (ver aparte).
El OSDH aseguró que en la aldea de Jirbat al Maaza hay muchos seguidores del ex general Suhail al Hasan, que lideraba una fuerza de élite de al-Assad denominada "Tigre".
Al Hasan es uno de los referentes del régimen más buscados por las nuevas autoridades sirias. "También hay muchos combatientes del también ex general Mohamed Hanjo Hasan, responsable del asesinato de muchos presos", agregó la ONG.
Unas 17 personas murieron el miércoles pasado en una emboscada en la provincia siria de Tartus, luego de que las fuerzas de seguridad intentaron detener a un oficial ligado al depuesto gobernante Bashar al Asad, informó una ONG.
Según el OSDH, 14 miembros de la fuerza de Seguridad General de las nuevas autoridades sirias murieron junto a tres hombres armados en Khirbet al Maaza.
Las fuerzas intentaron detener a un hombre que figuraba entre "los responsables de los crímenes en la prisión de Saidnaya", agregó el OSDH.
Por su parte, el nuevo ministro del Interior sirio, Mohamed Abdel Rahman, afirmó en un comunicado que "14 miembros del ministerio fueron asesinados y otros 10 resultaron heridos tras (...) una emboscada traicionera de remanentes del régimen criminal" en la provincia de Tartus.
Las puertas de las prisiones sirias fueron abiertas luego de que rebeldes encabezados por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) depusieron a Asad, más de 13 años después de que su brutal represión de las protestas antigubernamentales de 2011 desatara una guerra que cobró más de 500.000 vidas.
El OSDH indicó que el hombre buscado era "un oficial de las fuerzas del antiguo régimen que ocupó el cargo de director del departamento de justicia militar", y lo identificó como Mohamed Kanjo Hassan.
Ese organismo dijo que Mohamed Kanjo Hassan "emitió sentencias de muerte y condenas arbitrarias contra miles de presos".
Los enfrentamientos en Tartus, un bastión de la minoría alauita de Asad, estallaron luego de que "varios residentes se negaron a permitir que registraran sus casas", indicó el observatorio, que dispone de una red de fuentes dentro de Siria.
Asma al-Assad, la esposa del depuesto dictador sirio Bashar al-Assad, está gravemente enferma de leucemia en Moscú, donde permanece aislada y con una probabilidad de supervivencia del 50 %. Así lo informó el miércoles pasado la prensa británica.
El periódico londinense The Daily Telegraph, que cita a fuentes en contacto directo con la familia, dice que la leucemia que el pasado mayo se anunció que padecía volvió tras un periodo en remisión, y Asma al-Assad, británico-siria, "se mantiene alejada de otras personas a fin de evitar las infecciones".
"Asma, está aislada para evitar infecciones y no puede estar en la misma habitación que otras personas", detalló el Telegraph. Su padre, el cardiólogo Fawaz Akhras, ha estado cuidando de ella antes y después de su llegada a la capital rusa, donde se refugiaron los al-Assad tras la caída del régimen sirio. Las fuentes dicen que "está desconsolado".
Asma, de 49 años, nacida y criada en el Reino Unido, fue tratada anteriormente de un cáncer de mama, del que se dijo que estaba curada en agosto de 2019.
En los últimos días, circularon rumores de que la esposa del dictador depuesto quería regresar a Londres para recibir tratamiento y divorciarse de su marido, lo que al parecer el Kremlin desmintió.
Por su parte, ante dichos trascendidos, el ministro británico de Relaciones Exteriores, David Lammy, dejó en claro que a Asma al-Assad no se le permitirá la entrada al país.
"Quiero confirmar que ella es una persona sancionada y no es bienvenida en el Reino Unido", dijo en una comparecencia en la Cámara de los Comunes a raíz de la caída del régimen sirio, el pasado 8 de diciembre, después de catorce años en el poder.