El Litoral
China y Estados Unidos se impusieron este lunes mutuamente nuevos aranceles a sus importaciones en una nueva escalada de la guerra comercial que los enfrenta.
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A primera hora de este lunes entraron en vigor las nuevas tarifas de un 10 por ciento impuestas por Estados Unidos sobre bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares (170.200 millones de euros), que se suman a los ya aplicados a otras mercancías valoradas en 50.000 millones. Con ello se ven afectadas en torno a la mitad de las exportaciones de China a Estados Unidos.
A principios de 2019 está previsto que ese 10 por ciento aumente a un 25 por ciento. Hay algunos productos excluidos como relojes inteligentes de Apple, artículos inalámbricos, así como sillitas de comer y sillas infantiles para automóviles. Los observadores consideraron que se trata de un éxito del lobby de las grandes tecnológicas como Apple y Amazon.
Poco después, a las 04:01 GMT del lunes (al mediodía de Pekín), China respondió con sus medidas de represalia: aranceles de entre un 5 y un 10 por ciento sobre bienes estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares.
El Gobierno chino emitió este lunes un nuevo comunicado en el que critica a la Administración de Donald Trump, de la que afirma que "ha abandonado todas las reglas fundamentales" de la diplomacia.
"Ha predicado desvergonzadamente el unilateralismo, el proteccionismo y la hegemonía económica, hecho falsas acusaciones contra muchos países y regiones, en particular China, intimidado a otros países mediante medidas económicas como aranceles e intentado imponer sus propios intereses a China mediante una presión extrema", afirma el texto.
Pekín se describe a su vez a sí mismo como una fuerza estabilizadora en el conflicto comercial con Washington.
Estados Unidos acusa a China de prácticas comerciales desleales y de robo de la propiedad intelectual y tecnología estadounidenses.
El pasado martes Trump dijo que apenas está empezando con su política comercial hacia China y que seguirá trabajando en favor de los obreros de las fábricas estadounidenses, los agricultores y las empresas.
Las posibilidades de China de responder a las medidas estadounidenses son más limitadas, porque el gigante asiático importa bienes por valor de sólo 130.000 millones de dólares, frente a los aproximadamente 500.000 millones que importa Estados Unidos. Sin embargo, los observadores creen que existen otros medios de presionar a Washington, como dificultar las actividades de compañías de ese país que hacen negocios millonarios en China.
Trump dijo que si había represalias chinas se aplicaría una tercera fase de aranceles a productos por valor de 267.000 millones de dólares, es decir a todas las importaciones procedentes de la segunda mayor economía del mundo.
A causa de los nuevos aranceles, el Gobierno chino canceló una ronda de diálogo sobre el conflicto con Estados Unidos que estaba prevista para esta semana.
Con información de dpa.