El Litoral
Paseó por La Habana Vieja y cenó en un restaurante privado, uno de los nuevos fenómenos de la isla.
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Beatriz Juez - DPA
Barack Obama cenó el domingo por primera vez en un "paladar". Con ese curioso nombre es como se conoce en Cuba a los restaurantes privados, un fenómeno relativamente nuevo en la isla socialista, y uno de los primeros lugares que visitó el presidente de Estados Unidos tras llegar al país.
Obama pasó buena parte de su primera tarde en Cuba en La Habana Vieja. No era el paseo de un turista más, ya que el "comandante en jefe" estadounidense generó un enorme despliegue de seguridad en La Habana, que se tradujo sobre todo en calles cortadas y la presencia de unos pocos curiosos en el corazón histórico de la ciudad, declarada en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aunque posiblemente también la tarde lluviosa contribuyó a deslucir la caminata.
Los cubanos no veían un presidente estadounidense paseando por las calles de La Habana desde hacía 88 años. Y pese al mal tiempo, muchos esperaron a los Obama pacientemente bajo la lluvia en la Plaza de la Catedral y celebraron a los visitantes a su llegada. "USA, USA", se oyó al paso de Obama, su esposa Michelle y sus hijas Sasha y Malia.
Obama y su familia, armados con paraguas para protegerse de la intensa lluvia, contaron con un guía de lujo en La Habana Vieja: Eusebio Leal, el historiador a cargo de la recuperación del patrimonio arquitectónico de la ciudad.
El cardenal Jaime Ortega fue luego el encargado de recibirlo en la Catedral de San Cristobal. Obama y su familia también visitaron en su recorrido turístico el Museo de la Ciudad.
Más tarde, los Obama cenaron en el "paladar" San Cristóbal en el vecino distrito de Centro Habana, un barrio de calles estrechas y construcciones coloniales, algunas de ellas muy deterioradas.
El restaurante está especializado en comida cubana con elementos españoles y atiende sobre todo a turistas y visitantes extranjeros, debido a los precios demasiado elevados para el bolsillo de los locales.
Gracias a las reformas de mercado que ha realizado el Gobierno de Raúl Castro en los últimos años, casi medio millón de cubanos tienen en tanto una licencia para trabajar en el sector privado. El sector gastronómico es uno de los que más oportunidades les ofrece, por la posibilidad de ofrecer servicios a los turistas.
Aunque muchos cubanos se acercaron a La Habana Vieja a ver con sus propios ojos algo que parecía imposible hace unos días, otros seguían el acontecimiento histórico a través de la televisión.
Clemente, un portero de un hotel de La Habana Vieja, se asomaba por la ventana de la casa de una vecina para ver por la televisión la llegada de Obama.
"Espero que mejoren mucho más las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que acaben de devolver la base naval de Guantánamo, que eso no es de Estados Unidos, eso es de Cuba, y que nos quiten el embargo económico, que llevan más de 50 años", reclamaba Clemente.
En la calle Cuba, las "cuentapropistas" Dalgis y Yudelmis, madre e hija, esperaban por su parte que la llegada de Obama se traduzca en más mejoras para el pueblo cubano.
Dalgis aseguraba en la puerta de su tienda de souvenirs que Cuba recibe a Obama con los brazos abiertos. "Los cubanos somos muy hospitalarios", decía. "Nos gusta ayudar y sobre todo que haya una amistad, que haya una hermandad, que se acabe toda esa tirantez", decía.
La "cuentapropista" confía en que tras el viaje de Obama a la isla los estadounidenses descubran cómo son los cubanos. "La amistad y el amor es lo que hace fluir las cosas buenas", decía Dalgis. Cuba es el único país del mundo en que los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo debido a las restricciones del embargo.