La ola de calor en Europa impacta en las infraestructuras tecnológicas por lo cual Google se vio en la obligación de apagar sus servidores en el Reino Unido para evitar daños en sus sistemas de computación en la nube.
Con temperaturas por encima de los 40 grados, la compañía se vio obligada a tomar medidas en el Reino Unido. Otras empresas también se vieron afectadas.
La ola de calor en Europa impacta en las infraestructuras tecnológicas por lo cual Google se vio en la obligación de apagar sus servidores en el Reino Unido para evitar daños en sus sistemas de computación en la nube.
La decisión en suelo británico, donde las temperaturas superaron los 40 grados centígrados, fue tomada por la división Cloud de Google, encargada de las infraestructuras de computación en la nube.
La compañía con sede central en California, Estados Unidos, informó que la medida provocó la caída de algunos servicios que dependen de esos servidores, o que tuvieron temporalmente un desempeño por debajo del rendimiento óptimo.
En un comunicado, desde Google Cloud señalaron que diferentes productos de ese entorno tuvieron “tasas de error elevadas, latencias” y que algunos servicios no estuvieron disponibles. ¿El motivo? Fallas en la refrigeración en uno de los edificios que la compañía tiene en el Reino Unido, donde aloja servidores.
Google no fue la única empresa que se vio afectada por las altas temperaturas en el viejo continente. Otras firmas del sector, como Oracle, también se vieron obligadas a apagar servidores en suelo europeo.
“Debido a temperaturas no estacionales en la región, un subconjunto de la infraestructura de enfriamiento dentro del centro de datos en el sur del Reino Unido, en Londres, sufrió un inconveniente”, dijeron desde Oracle.
La empresa explicó que algunos clientes no pudieron acceder o utilizar los recursos almacenados en la plataforma Oracle Cloud en esa región.
Igual que la mayoría de los equipos tecnológicos (desde sencillos celulares, pasando por las computadoras y las consolas), los grandes servidores necesitan que la temperatura esté controlada. El calor extremo afecta a los dispositivos.
Para ello, se emplean sistemas de refrigeración. Existen diversos métodos para mantener la temperatura a raya.
Los servidores (que son computadoras con un alto poder de procesamiento) pueden funcionar correctamente en sitios en los que la temperatura supere los 40 grados. De hecho, en muchos países eso ocurre. Eso sí: necesitan sistemas de refrigeración adecuados.
El problema en el Reino Unido parece responder a la imprevisible suba en el termómetro. En un país que jamás había superado los 40 grados de máxima, las sedes de las mencionadas compañías no disponían de los equipos de refrigeración adecuados para paliar esa situación.
Para tener en cuenta: la temperatura máxima que se había registrado en suelo británico era de 32 grados, el año pasado en Londres.