Hombres armados mataron este jueves por la noche a tiros a cinco manifestantes antigubernamentales e hirieron a decenas en el sur de Irak, mientras que la ONU cifró en al menos 269 los muertos y 8.000 los heridos en las protestas que sacuden al país árabe.
Las marchas en la capital y zonas de mayoría chiita del sur de Irak comenzaron a principios del mes pasado en coincidencia con una fuerte crisis económica, y tienen como blanco al gobierno y a varios partidos políticos que lo integran, a los que consideran corruptos y sectarios.
Anoche, miles de manifestantes habían tomado las calles de la sureña ciudad de Basora en una nueva protesta, cuando desconocidos enmascarados abrieron fuego contra ellos.
Cinco manifestantes murieron y unos 120 resultaron heridos, informaron la TV estatal y fuentes médicas.
Las manifestaciones, que exigen la renuncia del gobierno y cambios políticos profundos, no han cesado pese a una represión que ha sido criticada por excesiva por la ONU y organizaciones de derechos humanos.
Desde Ginebra, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU afirmó hoy que al menos 269 personas han muerto en las protestas en Irak desde su inicio, el 1 de octubre, hasta ayer 7 de noviembre.
La Oficina, que dijo que la cifra incluye los cinco muertos de anoche en Basora, agregó que al menos 8.000 personas han resultado heridas en ese mismo período, informó la agencia de noticias EFE.
"El número exacto de víctimas puede ser mucho mayor. La mayoría de ellas han sido impactadas por munición real disparada por las fuerzas de seguridad y elementos armados, que muchos han descrito como milicias privadas", señaló el portavoz de la Oficina, Rupert Colville.
Otros han sufrido el "uso innecesario, desproporcionado e impropio de armas menos letales, como gases lacrimógenos", agregó.
El organismo también está siguiendo múltiples denuncias sobre el arresto no sólo de manifestantes y activistas, sino también de comentaristas en redes sociales y blogueros, aunque dijo que se está enfrentando a una "falta de transparencia" que le dificulta avanzar en estas investigaciones.
Además de esos arrestos, hay informaciones de casos de secuestros de manifestantes y de voluntarios que acuden a las protestas para prestarles asistencia.
"Todas estas denuncias deben ser investigadas rápidamente, hay que clarificar el paradero de los desaparecidos y saber quiénes son los responsables", declaró Colville.
También hoy, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció en un comunicado que al menos 16 manifestantes iraquíes han muerto por el impacto directo de cartuchos de gas lacrimógeno en las protestas.
"El elevado saldo de muertos incluye aquellos golpeados directamente en la cabeza por cartuchos de gas lacrimógeno, lo cual hace pensar que existe un patrón (para golpearlos) y no son sólo incidentes aislados", dijo la directora para Oriente Medio de HRW, Sarah Leah Whitson.
Por su parte, la plataforma NetBlocks, que monitorea la censura en Internet, destacó hoy que los incidentes violentos en Irak coinciden con los momentos en los que el país está más aislado y "el acceso a Internet está deshabilitado de forma intencional" en las zonas donde se producen.
Según NetBlocks, hoy por cuarto día consecutivo Internet está prácticamente fuera de servicio, con una conectividad del 35 % en todo Irak, por lo que existe "una preocupación creciente que esto esté impidiendo la documentación de violaciones de derechos humanos".