El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró este martes "profundamente preocupado" ante la ola de violencia que está sacudiendo los territorios palestinos ocupados e Israel.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró este martes "profundamente preocupado" ante la ola de violencia que está sacudiendo los territorios palestinos ocupados e Israel.
"Condenamos cualquier acto de violencia y cualquier incitación a la violencia, así como las divisiones étnicas y provocaciones", dijo el portavoz del organismo Rupert Colville, a los periodistas en Ginebra.
Al menos 22 palestinos, nueve de ellos niños, murieron la noche del lunes al martes en bombardeos israelíes en Gaza, que respondían a los cohetes lanzados por movimientos armados palestinos, en una escalada provocada por una ola de violencia en Jerusalén Este.
Mientras, otras 106 personas resultaron heridas en la Franja de Gaza, el enclave palestino controlado por el movimiento islamista Hamás, indicaron las autoridades sanitarias locales.
Por su parte, la Yihad Islámica, el segundo grupo islamista armado de la Franja de Gaza, anunció el martes la muerte de dos de sus comandantes en los ataques israelíes contra el enclave.
Desde el lunes, militantes palestinos lanzaron más de 200 cohetes hacia Israel. El sistema antimisiles iraelí Cúpula de Hierro interceptó más del 90%, indicó el portavoz del Ejército Jonathan Conricus. Al menos seis israelíes resultaron heridos.
Israel respondió al lanzamiento de cohetes con 130 ataques de aviones de combate y helicópteros contra objetivos militares en el enclave palestino, que mataron a 15 comandantes de Hamás y del grupo Yihad Islámica, dijo Conricus a la prensa.
Sin embargo, el portavoz aseguró que no tiene confirmación de que los ataques hayan afectado a civiles y explicó que Israel atacó instalaciones de fabricación y almacenamiento de armas, zonas de entrenamiento de militantes y la casa de un comandante de Hamás, entre otros.
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Las tensiones de los últimos días en Jerusalén se han convertido en los peores disturbios en la ciudad desde 2017. El pasado viernes, el último del Ramadán, hubo choques entre la policía antidisturbios israelí y los fieles palestinos en la Explanada de las Mezquitas, donde está la mezquita Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam.
Desde entonces, los disturbios nocturnos en Jerusalén Este han dejado cientos de palestinos heridos y provocaron llamamientos internacionales a la desescalada.
Fuentes diplomáticas aseguran que Egipto y Catar, que mediaron en anteriores conflictos entre Israel y Hamás, estaban intentando calmar las tensiones. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó por su parte los ataques con cohetes de Hamás, afirmando que "deben detenerse de inmediato".
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Hamás lanzó el lunes un ultimátum a Israel para que retire todas sus fuerzas de la Explanada de las Mezquitas y del distrito de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, donde los próximos desalojos de familias palestinas están provocando protestas.
El lunes, las sirenas sonaron en todo Jerusalén justo después de las 18H00 (15J00 GMT), la hora límite fijada por el ultimátum de Hamás, y empezaron a lanzarse cohetes, mientras los habitantes de Jerusalén, incluidos los diputados de la Knéset, huían a los búnqueres por primera vez desde el conflicto de Gaza de 2014.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que Hamás había "cruzado una línea roja" al apuntar hacia Jerusalén. La decisión el lunes de cancelar una marcha israelí en la Ciudad Vieja en conmemoración de la toma de Jerusalén Este por Israel dio esperanzas a la calma. Pero entonces expiró el ultimátum de Hamás, seguido del lanzamiento de cohetes, que también obligaron a evacuar el Muro de las Lamentaciones y otros lugares.
La Media Luna Roja palestina dijo que al menos 520 palestinos han resultado heridos desde el lunes, incluidos más de 200 que fueron hospitalizados, cinco de ellos en estado crítico. La policía israelí informó de 32 heridos en sus filas.