En la segunda jornada de la ofensiva rusa, los ataques llegan ya al corazón de Kiev. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha llamado al Ejército ucranio a la rebelión en un mensaje televisado: "Tomen el poder en vuestras manos”.
Por su parte, Moscú sufre además cancelaciones en el deporte y la cultura por el ataque: Rusia no podrá participar en Eurovisión, ni será sede de la Champions ni la Fórmula 1.
En la segunda jornada de la ofensiva rusa, los ataques llegan ya al corazón de Kiev. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha llamado al Ejército ucranio a la rebelión en un mensaje televisado: "Tomen el poder en vuestras manos”.
En paralelo, están empezando a torcerse los débiles intentos de entendimiento y la posibilidad de un encuentro de ambas partes en Minsk (Bielorrusia) se tambalea.
Mientras, las tropas de Moscú están cada vez más cerca del Parlamento ucranio. Rusia, en plena escalada militar, extiende a Finlandia y a Suecia la amenaza de “graves repercusiones militares y políticas” si ingresan en la OTAN. La Alianza ha respondido con un movimiento.
El secretario general aliado, Jens Stoltenberg, ha anunciado el despliegue de elementos de su Fuerza de Respusta -que dispone de hasta 40.000 efectivos- en la parte este de la Alianza.
Soldados del Ejército de Kiev se defienden del avance de los rusos en intensos tiroteos en el vecindario que rodea el puente de Habana, una las vías de acceso a la urbe, situado a solo tres kilómetros de la céntrica plaza del Maidán.
Moscú sufre además cancelaciones en el deporte y la cultura por el ataque: Rusia no podrá participar en Eurovisión, ni será sede de la Champions ni la Fórmula 1.