El papa Francisco marca el futuro de la Iglesia con la investidura este sábado de veinte nuevos cardenales, incluidos cuatro latinoamericanos, uno ellos el primero de Paraguay, en una etapa más en la preparación de su sucesión. El pontífice latinoamericano, de 85 años, que lidia con los achaques de la edad y no descarta renunciar por razones de salud, prepara su sucesión con la "creación" de 20 nuevos cardenales, 16 de ellos con derecho a votar en el cónclave para la elección de su sucesor.
La ceremonia tendrá lugar a las 16:00 horas en la basílica de San Pedro en el Vaticano y deberán asistir además numerosos purpurados de todo el mundo, ya que han sido convocados para una reunión paralela e inédita de dos días el lunes y martes. Se trata de una ocasión particular, oficialmente dedicada a la reforma de la Constitución pontificia, aprobada en marzo y en vigor desde el 5 de junio, pero que para muchos resulta una suerte de precónclave, para hacer un balance de la situación de la Iglesia y conocerse entre ellos.
La reunión ha desatado también todo tipo de especulaciones, en particular sobre el estado de salud del papa, quien fue operado del colon en 2021 y sufre de dolores en la rodilla derecha que le impiden caminar y lo obligan a desplazarse en silla de ruedas. Con la investidura de los nuevos purpurados, el primer papa latinoamericano de la historia propone como modelo para el trono de Pedro a religiosos sensibles a los problemas sociales, que provienen de tierras lejanas, donde la Iglesia es minoritaria o está en crecimiento.
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En la lista de 16 cardenales con menos de 80 años que se convertirán en "príncipes de la iglesia" hay religiosos de India, Singapur, Mongolia o Timor Oriental. Destacan también tres latinoamericanos: el de Asunción, Adalberto Martínez Flores, quien se convertirá en el primer cardenal de Paraguay; el arzobispo de Brasilia, Paulo Cesar Costa; y el de Manaus, Leonardo Ulrich, el primer cardenal de la región amazónica. "Con el nombramiento muchos fieles de la Amazonía han afirmado que el papa no se olvida de la gente de allí", ha afirmado este.
Entre los mayores de 80 años que recibirán el título cardenalicio se encuentra el arzobispo emérito de Cartagena de Indias (Colombia), Jorge Enrique Jiménez Carvajal. "El desafío de la Iglesia es dar esperanza a Colombia", dijo este previamente a los servicios de prensa del Vaticano, y alabó los servicios que presta la Iglesia "de manera muy concreta". Aunque a veces "la burocratizamos, [la Iglesia] es todo lo contrario a la burocracia", añadió.
Entre los nombramientos más notables figura el del estadounidense Robert McElroy, obispo de San Diego, en California, considerado un progresista por sus posiciones sobre los católicos homosexuales y el derecho al aborto. Otro nombramiento emblemático es del misionero italiano Giorgio Marengo, quien trabaja en Mongolia. Será el cardenal más joven del mundo con sólo 48 años. Y el del español Fernando Vérgez, de 77 años, que lleva medio siglo al servicio de la Ciudad del Vaticano, los últimos como gobernador. "La creación como cardenal no debe verse como un premio, sino como una llamada a una mayor responsabilidad, es decir, a servir aún más de cerca al Sucesor de Pedro", dijo preguntado por Efe si el nombramiento era un premio por su gestión.
Esos nuevos purpurados "representan a la Iglesia de hoy, con una fuerte presencia en el hemisferio sur", donde vive el 80% de los católicos, subrayó el vaticanista Bernard Lecomte. Al término de su octavo consistorio, casi uno por cada año de papado, Francisco habrá elegido 83 cardenales del total actual de 132 electores, es decir casi dos tercios. Una cifra determinante en caso de elección del papa, ya que justamente se requiere la mayoría de dos tercios.