El papa Francisco pidió este miércoles a los mandatarios latinoamericanos y de la península ibérica, reunidos en una cumbre telemática, que garanticen una "distribución equitativa" de las vacunas contra COVID-19 basada en las necesidades de todos.
El papa Francisco pidió este miércoles a los mandatarios latinoamericanos y de la península ibérica, reunidos en una cumbre telemática, que garanticen una "distribución equitativa" de las vacunas contra COVID-19 basada en las necesidades de todos.
En un mensaje, divulgado por el Vaticano, el papa calificó de "bienvenidas las iniciativas que buscan crear nuevas formas de solidaridad a nivel internacional, con mecanismos dirigidos a garantizar una distribución equitativa de las vacunas".
El pontífice pidió que la distribución "no sea basaba en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente de los más vulnerables y necesitados", escribió.
América Latina (incluido el Caribe) es la segunda región más enlutada con más de 873.000 fallecidos y 27,4 millones de contagios.
Francisco reconoció "los esfuerzos" hechos para la búsqueda de una vacuna efectiva "en tan breve tiempo" y recordó a los líderes de América Latina, Andorra, España y Portugal, que "la inmunización extensiva debería ser considerada como un 'bien común universal', noción que requiere acciones concretas", subrayó.
La administración de la vacuna sigue siendo muy baja en América Latina, con menos del 10% de la población vacunada.
A los participantes a la reunión, organizada desde Soldeu, una pequeña localidad del Principado de Andorra, sin la presencia entre otros de los presidentes de México y Brasil, entre los países más azotados por el coronavirus, el papa reiteró que de "esta pandemia tenemos que salir mejores".
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"Es urgente considerar un modelo de recuperación capaz de generar soluciones nuevas más inclusivas y sostenibles", instó el pontífice.
En la carta, enviada a Rebeca Grynspan Mayufis a cargo de la Secretaría General Iberoamericana, el papa insiste sobre "la necesidad de reformar la arquitectura internacional de la deuda, como parte integrante de nuestra respuesta común a la pandemia".
El tema ha sido abordado en varias ocasiones por el papa, quien repitió en su mensaje a la cumbre que "la renegociación de la carga de deuda de los países más necesitados es un gesto que ayudará a los pueblos a desarrollarse, a tener acceso a las vacunas, a la salud, a la educación y al empleo".
Francisco, que vivió las varias crisis económicas debido a la colosal deuda externa de Argentina, calificó de "urgentes" las medidas que permitan el acceso a una financiación externa.
En su mensaje pidió "una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro" que el Fondo Monetario Internacional autoriza de manera que esos fondos sean destinados para impulsar y alentar el desarrollo económico y productivo.
Para el papa "nada de esto será posible sin una férrea voluntad política que tenga la valentía de decidir cambiar las cosas, principalmente las prioridades, para que no sean los pobres los que paguen el costo más alto de estos dramas que están golpeando a nuestra familia humana", concluyó