En medio de la ofensiva israelí contra Hamas en la Franja de Gaza, el papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano al canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, y habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Zarif había llamado en las últimas horas a los países islámicos a reconocer las agresiones de Israel contra la población palestina como "genocidio y crímenes contra la humanidad".
En medio de la ofensiva israelí contra Hamas en la Franja de Gaza, el papa Francisco recibió este lunes en el Vaticano al canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, y habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
La reunión entre el pontífice y Zarif, dada a conocer por el Vaticano en un boletín, fue el primer encuentro del Papa con una autoridad iraní luego de la visita que Jorge Bergoglio hizo a Irak en marzo durante la que deslizó críticas a la "injerencia" persa en el país árabe.
Zarif había llamado en las últimas horas a los países islámicos a reconocer las agresiones de Israel contra la población palestina como "genocidio y crímenes contra la humanidad".
"Los actos criminales de Israel deben ser reconocidos como genocidio y crímenes contra la humanidad por la legislación interna de nuestros países y en las resoluciones" de la Organización para la Cooperación Islámica.
Ayer, Francisco calificó de "terrible e inaceptable" la pérdida de vidas inocentes en la escalada de violencia entre Israel y los palestinos y alertó que este nuevo ciclo de ataques puede recrudecer.
"En estos días, los violentos enfrentamientos armados entre la Franja de Gaza e Israel han tomado el relevo y corren el riesgo de degenerar en una espiral de muerte y destrucción", dijo el pontífice tras su oración Regina Caeli.
"Numerosas personas han resultado heridas y muchos inocentes han muerto. Entre ellos hay niños, y esto es terrible e inaceptable", lamentó Francisco.
Este lunes, el Papa habló además por teléfono con el presidente turco Erdogan.
Ayer, el Papa había enfatizado que "el aumento del odio y la violencia que está envolviendo a varias ciudades de Israel es una grave herida a la fraternidad y a la convivencia pacífica entre los ciudadanos".
"Será difícil de curar si no hay una apertura inmediata al diálogo", concluyó el Papa.
Con información de Télam