Desde el Vaticano, el papa Francisco reclamó este domingo que se preste atención a los llamados por la paz y lamentó el contexto de alta tensión en los lugares actualmente en guerra, después del rezo del Ángelus desde la ventana del palacio apostólico.
"Desgraciadamente en los frentes de guerra la tensión es muy alta, que se escuche la voz de los pueblos que piden paz", expresó el líder de la Iglesia Católica y referente insoslayable del mundo cristiano. Además, pidió no olvidar "a la martirizada Ucrania, a Palestina, Israel, Birmania, a tantos países que están en guerra" y volvió a condenar "toda forma de violencia".
Tras su extensa y extenuante visita al sudeste asiático (cuatro países en doce días), el sumo pontífice ha retomado normalmente todas sus actividades.
Este nuevo llamado y reclamo por la paz lo hizo poco después de que Israel consolidara un segundo frente de guerra en Medio Oriente, al profundizar sus ataques diarios en el norte contra objetivos en Líbano del movimiento Hezbolá (que ya desencadenó operaciones de "represalia" y "ajustes de cuenta"), a la vez que prosigue su ofensiva en la Franja de Gaza, en el sur, contra el grupo terrorista palestino Hamás.
Por otro lado, el papa lamentó este domingo la muerte del líder ambientalista hondureño Juan López, asesinado la semana pasada en el noreste de Honduras, quien había protestado contra proyectos mineros e hidroeléctricos para tratar de proteger los bosques tropicales y los ríos. "Me uno al luto de esa iglesia y a la condena de toda forma de violencia. Estoy con aquellos que ven pisoteados sus derechos fundamentales y con aquellos que actúan por el bien común en respuesta al clamor de los pobres de la tierra", expresó Francisco al final de su mensaje del Ángelus en el Vaticano.
El Papa pronunció repetidas veces sobre cuestiones medioambientales, diciendo el mes pasado que la tierra estaba enferma e instando a la gente a hacer más para protegerla. López, que fue asesinado a tiros por varios hombres cuando regresaba a su casa en su auto desde la iglesia a la que asistía normalmente, pertenecía al Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos, una organización ambientalista de la ciudad de Tocoa, cercana a la costa atlántica del país. También era un miembro activo de la comunidad religiosa local.