El papa Francisco irá a Portugal del 2 al 6 de agosto para participar de la Jornada Mundial de la Juventud que se hace en Lisboa y para visitar el Santuario de Fátima, informó hoy el Vaticano.
El papa Francisco irá a Portugal del 2 al 6 de agosto para participar de la Jornada Mundial de la Juventud que se hace en Lisboa y para visitar el Santuario de Fátima, informó hoy el Vaticano.
“En ocasión de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, y aceptando la invitación de las autoridades civiles y eclesiales de Portugal, Su Santidad el papa Francisco irá a Lisboa del 2 al 6 de agosto de este año, haciendo una visita al Santuario de Fátima el 5 de agosto”, informó el vocero papal Matteo Bruni en un comunicado.
El pontífice argentino de 86 años hará así su segunda visita al país europeo, tras la ida de 2017 a Fátima.
Francisco ya participó de las JMJ de Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Ciudad de Panamá (2019).
El papa Francisco pidió "no subestimar los efectos del clima de miedo y desconfianza que genera la mera posesión" de armas nucleares, en un mensaje a los líderes del G7 reunidos en la ciudad japonesa de Hiroshima, blanco de una bomba atómica lanzada por Estados Unidos en 1945 que mató a unas 140.000 personas.
"Hiroshima, como 'símbolo de la memoria', proclama con fuerza la inadecuación de las armas nucleares para responder eficazmente a las grandes amenazas actuales para la paz y garantizar la seguridad nacional e internacional", afirmó el Pontífice en una carta al obispo de esa ciudad nipona, Alexis-Mitsuru Shirahama.
"No hay más que pensar en el catastrófico impacto humanitario y medioambiental que se derivará del uso de armas nucleares, así como el despilfarro y la mala asignación de recursos humanos y económicos que conlleva su desarrollo", agregó.
"Tampoco debemos subestimar los efectos del clima de miedo y desconfianza que genera su mera posesión, que compromete el crecimiento de un clima de confianza mutua y diálogo. En este contexto, las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgo que sólo ofrece una ilusión de paz", apuntó.
Dentro del G7 hay dos países poseedores de armas nucleares, Estados Unidos y Francia, mientras que a esta cumbre en Hiroshima fue invitado India, que también cuenta con un arsenal de este tipo de armamento.
Francisco, que visitó Hiroshima en 2019, calificó la elección de este lugar para la cita de "particularmente significativa" dada "la continua amenaza del uso de armas nucleares".
"Recuerdo la sobrecogedora impresión que me causó mi conmovedora visita al Memorial de la Paz. De pie allí, en silenciosa oración y pensando en las víctimas inocentes del ataque nuclear de hace décadas, quise reiterar la firme convicción de la Santa Sede de que 'el uso de la energía atómica con fines bélicos es, hoy más que nunca, un crimen no sólo contra la dignidad de los seres humanos, sino contra todo futuro posible de nuestra casa común'", manifestó, al recordar sus palabras dichas en esa ocasión.
"Y ahora hombres y mujeres responsables miran a ese futuro con preocupación, especialmente tras la experiencia de una pandemia global y la persistencia de conflictos armados en distintas regiones, entre estos la devastadora guerra que se está combatiendo en suelo ucraniano", comentó.
Los acontecimientos de los últimos años, escribió, "han hecho evidente que solo junta, en fraternidad y solidaridad, nuestra familia humana puede tratar de curar las heridas y construir un mundo justo y pacífico".
"De hecho, cada vez ha sido más evidente que en el mundo multipolar del siglo XXI la búsqueda de la paz está estrechamente vinculada a la necesidad de seguridad y a la reflexión sobre los medios más eficaces para garantizarla", apuntó Jorge Bergoglio.
Esa reflexión "debe necesariamente tener en cuenta el hecho de que la seguridad global debe ser integral, capaz d abrazar cuestiones como el acceso a la comida y el agua, el respeto del medio ambiente, la asistencia sanitaria, las fuentes energéticas y la ecua distribución de los bienes del mundo", concluyó.