Miércoles 10.2.2021
/Última actualización 13:07
El Papa ha dedicado la audiencia general a explicar la "oración en la vida cotidiana" una costumbre que, según ha dicho, ayuda a "calmar la ira", "a perdonar", "a traer paz" y a "amar a los demás a pesar de sus equivocaciones y pecados" del mismo modo que ha arremetido contra la actitud de los que se pasan la vida juzgando a los demás.
"La persona es siempre más importante que sus acciones y Jesús no ha juzgado al mundo, sino que lo ha salvado. Es una vida horrenda e infeliz la de quien juzga a los demás", ha afirmado.
Desde la Biblioteca Apostólica del Vaticano, el Papa ha manifestado que "el que reza es como un enamorado" porque "lleva siempre en el corazón a la persona amada, vaya donde vaya". Por eso, ha recordado que se puede rezar "en cualquier momento, en los acontecimientos de cada día: en la calle, en la oficina, en el tren; con palabras o en el silencio de nuestro corazón".
Francisco ha señalado además que incluso un pensamiento "aparentemente profano" puede estar impregnado de oración. "El Espíritu del Señor siempre se nos ofrece para que brote el diálogo con Él. La oración nos va transformando: calma la ira, mantiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza de perdonar", ha comentado.
De este modo, ha invitado a rezar también por las personas que no se conocen e incluso por el enemigo. "Recemos especialmente por los que más sufren a causa del dolor y la enfermedad, de la soledad y la precariedad. Rezando y amando así este mundo, amándolo con compasión y ternura, como Jesús, descubriremos que cada día lleva escondido en sí un fragmento del misterio de Dios", ha concluido.