El Litoral
El arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero y el papa Pablo VI serán proclamados santos de la Iglesia católica, después de que Francisco aprobara este miércoles los nuevos milagros atribuidos a ambos, informó el Vaticano.
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Romero es una figura icónica en América Latina. Fue arzobispo de San Salvador y murió asesinado a manos de un escuadrón de la muerte de ultraderecha en 1980 mientras celebraba misa, con una bala que le destrozó el corazón.
El arzobispo se había convertido en un severo crítico de la violencia política en que se vio envuelto El Salvador. Desde su púlpito en la Catedral Metropolitana denunciaba la violencia que ejercían tanto la Fuerza Armada gubernamental como la guerrilla izquierdista.
La Comisión de la Verdad de 1993, auspiciada por las Naciones Unidas
(ONU) concluyó que Romero fue asesinado por un escuadrón
de ultraderecha que comandaba el ya fallecido Roberto D'Aubuisson,
quien en 1981 fundó el hoy poderoso partido de derecha y de oposición
Alianza Republicana (Arena), que gobernó 20 años consecutivos entre
1989 y 2009.
Pablo VI
En verano de 1978 la Iglesia católica fue conducida por tres hombres. Pablo VI, muerto en agosto, fue sucedido por Juan Pablo I, quién murió treinta y tres días después de haber sido electo papa (el 28 de septiembre). Su muerte condujo a la elección de Juan Pablo II, el 16 de octubre, que gobernó hasta 2005.
Pablo VI dirigió la Iglesia entre 1963 y 1978 y es recordado por su impulso al Concilio Vaticano Segundo, que introdujo numerosas reformas modernizadoras, como la abolición de la misa en latín. Durante su papado también confirmó la prohibición del aborto y del uso de anticonpectivos.