El Litoral / Télam
En una nueva jornada de protestas y violencia en París, la policía detuvo a casi 1000 personas. Los "chalecos amarillos" reclaman el alto costo de la vida en Francia.
El Litoral / Télam
En un nuevo sábado de protestas en toda Francia, la policía cargó y lanzó gases lacrimógenos hoy en París y otras grandes ciudades contra los denominados chalecos amarillos e informó que poco después del mediodía local había detenido a casi 1.000 personas y 30 personas resultaron heridas.
Desde las 9 de hoy (5 de Argentina) la tensión entre los manifestantes y la policía antidisturbios produjo los primeros encontronazos en el corazón de París, sobre la tradicional avenida de los Campos Elíseos, coronada por el Arco del Triunfo, que hace una semana fue tomado por los chalecos amarillos.
La Policía utilizó gas lacrimógeno en los alrededores de los Campos Elíseos, donde unos 1.500 manifestantes accedieron tras someterse a una revisión de sus mochilas y bolsos para evitar que introdujeran objetos peligrosos, reportó la agencia de noticias DPA.
La semana pasada se produjeron violentos enfrentamientos cerca del Arco del Triunfo, dejando más de un centenar de heridos y de 300 detenidos.
El secretario de Estado de Interior, Laurent Núñez, explicó poco antes del mediodía en una entrevista al canal France 2 que se llevaban contabilizados más de 700 detenidos en todo el país.
Sin embargo, el canal de noticias BFM TV y los diarios Le Figaro y Le Parisien, citando fuentes policiales, elevaron la cifra a "cerca de 1.000 detenidos, 720 de ellos ya se encuentran bajo custodia, mientras que 30 personas resultaron heridas, tres de ellas agentes de la policía.
En el cuarto sábado de protestas, unas 8.000 personas se manifiestan en la capital francesa (31.000 en toda Francia), según Núñez, quien afirmó que la movilización es menor que la del sábado pasado (36.000) a la misma hora.
En toda Francia fueron movilizados 89.000 efectivos de seguridad, 8.000 de ellos en París, reforzados por vehículos blindados de la Gendamería.
Las mayoría de las estaciones de metro permanecen cerradas, al igual que muchos comercios, que protegieron sus vidrieras con maderas. También fueron suspendidos seis partidos de fútbol de primera división y permanecen cerradas varias atracciones turísticas, como la Torre Eiffel, el Museo del Louvre, la Ópera o las catacumbas.
A media mañana, el primer ministro francés, Édouard Philippe, presidió una reunión con los responsables de seguridad en el Ministerio del Interior, entre otros con su titular, Christophe Castaner, para supervisar la marcha del dispositivo por las protestas.
Durante la madrugada se realizaron controles en los peajes de autopista de acceso a París, donde requisaron a "chalecos amarillos" que acudían a la capital máscaras de gas y objetos contundentes.
Durante la mañana, el principal punto de fricción fueron los grandes bulevares, donde poco después del mediodía grupos de manifestantes formaron barricadas con material que se llevaron de algunos establecimientos próximos y con mobiliario urbano, antes de prenderlo fuego.
Los agentes antidisturbios utilizaron vehículos con mangueras de agua a presión y lanzaron gases lacrimógenos para hacer retroceder a los autores de los altercados, informaron fuentes del ministerio de Interior citadas por EFE.
Al mismo tiempo, en la avenida de los Campos Elíseos, algunos chalecos amarillos incendiaron cestos de residuos y contenedores, a lo que la policía respondió desplazando a los manifestantes y con algunos arrestos esporádicos.
En el periférico (la vía rápida de circunvalación de París) el tránsito fue cortado por manifestantes frente a la Puerta Maillot, cerca del Palacio de Congresos.
Al promediar la tarde, los manifestantes comenzaron a dispersarse en pequeños grupos que prococaron destrozos y saqueos en numeroso puntos de la ciudad.
Ante las protestas, el presidente Emmanuel Macron anunció esta semana la suspensión de la subida de impuestos a la nafta y el diésel durante 2019.
Pero algunos cabecillas de los manifestantes insistieron en que de todas formas marcharían por París para exigir otras reformas, como mayores recortes de impuestos y aumento de salarios.
Las encuestas muestran un amplio apoyo ciudadano a los chalecos amarillos, denominados así por los chalecos de seguridad reflectantes que utilizan durante las protestas.