El presidente de Perú, Pedro Castillo, tendrá en sus manos salvar a la elogiada reforma universitaria vigente desde hace siete años, tras el ataque que se le lanzó desde el Congreso por varios partidos, incluido el oficialista Perú Libre (PL).
El presidente deberá decidir qué hacer con la modificación del Parlamento a la ley de Educación Superior, que se encuentra vigente desde hace siete años.
El presidente de Perú, Pedro Castillo, tendrá en sus manos salvar a la elogiada reforma universitaria vigente desde hace siete años, tras el ataque que se le lanzó desde el Congreso por varios partidos, incluido el oficialista Perú Libre (PL).
"La educación superior es un derecho constitucional de la juventud. Debo decir que la reforma no puede retroceder: El Gobierno observará (no promulgará) la ley aprobada por el Congreso", anunció Castillo el fin de semana sobre la decisión parlamentaria que generó otra ola nacional de repudio.
El analista político y profesor universitario Ramiro Escobar consideró, en diálogo con Télam, que el presidente "sintió la presión política y social" y decidió frenar la contrarreforma, a pesar de que PL también la apoyó y de que el propio jefe de Estado supuestamente había sido tibio frente al tema.
Escobar advirtió, sin embargo, que habrá que esperar lo que disponga el Ejecutivo, pues no se puede descartar que intente dar otras prebendas a empresarios de la educación de los que se da por hecho que están detrás de las acciones contra la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu).
Lo inmediato, será que la decisión de Castillo de observar la ley impedirá que entre en vigencia, con lo que la Sunedu tendrá aire para continuar sus tareas de fiscalización de la calidad de las universidades, las cuales ya derivaron en el cierre de 51 de 146 instituciones revisadas.
El proyecto aprobado por los congresistas no acaba con la Sunedu, pero cambia la composición del directorio con el regreso de las universidades para ser mayoritarias y con el añadido de que el superintendente será colocado por la propia junta y no ya por el Gobierno.
En la práctica, según los críticos, se regresaría al esquema de la ANR. La intención, según el presidente de la Comisión de Educación del Congreso y principal impulsor de la ley, el activista evangélico ultraconservador Esdras Medina, es recuperar la supuestamente perdida autonomía de las universidades.
"Lo de devolver la autonomía es una idea marketinera y retórica que no tiene asidero, porque no se puede devolver lo que no ha quitado. No hay argumentos", reaccionó el exministro de Educación Ricardo Cuenca.
"Este proceso (de la Sunedu) ha beneficiado a los estudiantes y a las propias universidades y ha favorecido el incremento cuantitativo y cualitativo", dijeron en un comunicado conjunto 11 de las universidades públicas y privadas mejor valoradas en evaluaciones nacionales e internacionales.
El ataque a la Sunedu relegó a segundo plano por ahora otra ley del Congreso que empezó a generar reacciones: el despojo al Ministerio de Educación de la facultad plena de autorizar textos escolares, al darles protagonismo en el tema a fuerzas vinculadas con grupos religiosos ultraconservadores.
Por lo pronto, la ministra de la Mujer, Diana Miloslavich, le pidió públicamente a Castillo que también observe esa ley, pues realmente, afirma, "pretende erradicar el Enfoque de Género del currículo escolar".