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El atleta sudafricano Oscar Pistorius, de 29 años, fue condenado hoy a seis años de prisión por el asesinato a disparos de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, según lo determinó la Jueza del Tribunal Superior de Pretoria.
La sentencia de hoy, que puede ser recurrida, eleva en un año la condena inicial y rechaza los quince años que solicitaba el Ministerio Fiscal.
Pistorius, poseedor de las marcas mundiales en las pruebas de 100, 200 y 400 metros llanos para atletas que han sufrido una doble amputación, asesinó a Steenkamp el 14 de febrero de 2013 en su casa con cuatro disparos con un arma de fuego de su propiedad, argumentando que la confundió con un delincuente que había ingresado a la vivienda.
La jueza Thokozile Masipa, cuya primera sentencia fue anulada por el Supremo, justificó en su nueva resolución que el acusado ‘no es una persona violenta‘ y que además ha demostrado arrepentimiento y disposición hacia los trabajos sociales.
Masipa agregó que ‘Pistorius es un héroe caído, ha perdido su carrera y su paz, su vida nunca volverá a ser la misma‘ justificando una condena por debajo del mínimo de 15 años que prevé la justicia Sudafricana para un delito de asesinato.
La magistrada además consideró que Pistorius es ‘un buen candidato para la rehabilitación‘, y así lo demostró durante el año que pasó en la cárcel por estos hechos, en los que ‘superó con éxito‘ numerosos programas de reinserción, señaló EFE.
Pistorius mató a su novia disparándole cuatro veces a través de la puerta del cuarto de baño de su vivienda de Pretoria. El ex atleta alegó que la había confundido con un intruso y que disparó presa del pánico, versión que fue aceptada por la Justicia.
La defensa de Pistorius lo presentó durante el proceso judicial como un joven cariñoso y enamorado, traumatizado por la muerte de su madre y obsesionado con su seguridad ante los robos violentos habituales en Sudáfrica.
Pistorius tiene las dos piernas amputadas por un problema genético desde los 11 meses, e hizo profesión en el atletismo corriendo sobre dos prótesis de carbono, alcanzando la cima de su éxito en los Juegos de Londres de 2012, al convertirse en el primer atleta de la historia con las dos piernas amputadas en competir en unas Olimpíadas.
Por primera vez en su existencia, en la que siempre luchó por ser tratado como uno más, el sudafricano apeló a sus limitaciones físicas para pedir comprensión, mientras que el fiscal pintó el retrato de una persona agresiva, un novio posesivo y narcisista que se negaba a asumir la responsabilidad de sus actos y era propenso a los ataques de ira.