La Policía de Hong Kong anunció este miércoles que ingresará a la Universidad Politécnica (PolyU) después de haber comprobado que, tras 10 días de sitio, no hay evidencia de presencia estudiantil en el recinto.
La Policía de Hong Kong anunció este miércoles que ingresará a la Universidad Politécnica (PolyU) después de haber comprobado que, tras 10 días de sitio, no hay evidencia de presencia estudiantil en el recinto.
El jefe de la Policía, Ho Yun-sing, informó que un equipo de expertos trabajará este jueves en el campus universitario para reunir pruebas y eliminar artefactos peligrosos.
La noticia llega después del segundo día de rastrillaje en la PolyU en el que los equipos de búsqueda hallaron a una sola persona, una mujer joven en un estado de debilidad.
"Nuestro objetivo final es restaurar la seguridad del campus y reabrirlo lo antes posible", explicó Ho, y agregó que el personal de la universidad ayudará en la limpieza.
Horas antes, las autoridades de la universidad informaron en un comunicado que muchos laboratorios e instalaciones habían sido destrozados y que faltaban productos químicos.
Los manifestantes ocuparon la universidad hace dos semanas, después de bloquear el túnel Cross Harbor, que une la ciudad con la isla, y prender fuego las cabinas de peaje durante enfrentamientos con la Policía.
Después de cercar el campus universitario, la Policía entró en el recinto el lunes 18 y se desató una batalla campal que terminó con 1.100 detenidos y decenas de heridos.
Cerca de 100 estudiantes resistieron atrincherados dentro del recinto, pero con el transcurso de los días algunos escaparon.
Las autoridades creen que alrededor de 20 personas siguen agazapadas en las plantas altas del edificio, presumiblemente en un estado muy precario después de varios días sin agua, casi sin comida y rodeados de un olor pestilente, informó la agencia de noticias EFE.
La aplastante victoria electoral del campo democrático el último domingo, ha multiplicado los llamados a desescalar el conflicto.
Sin embargo, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, que obtuvo apenas 59 de los 883 puestos para el concejo deliberante que se disputaron el domingo, no ofreció concesiones a los activistas y se limitó a decir que buscará formas de abordar los reclamos.
Los manifestantes, por su parte, volvieron a las calles en pequeñas manifestaciones pacíficas después de haber hecho una pausa la semana pasada, por temor a que las autoridades postergaran las elecciones.
Las protestas comenzaron en junio en contra de un proyecto de ley de extradición a China que los manifestantes vieron como un ejemplo de la erosión de sus derechos desde que la ex colonia británica volviera a estar bajo control chino en 1997.
Si bien el proyecto de ley fue eliminado para intentar calmar las aguas, los manifestantes se quedaron en las calles y ampliaron sus demandas con pedidos que incluyen el sufragio universal.
Analistas políticos especulan con que China no va a debilitar su posición con respecto a Hong Kong aunque sí se manejará con cautela para evitar choques con Washington, con el que negocia un acuerdo comercial.
El Congreso de Estados Unidos aprobó la semana pasada una legislación para sancionar a los empresarios chinos y hongkoneses que violen los derechos humanos, en medio de advertencias de Beijing sobre la no injerencia externa.
El presidente estadounidense, Donald Trump, no la firmó pero tampoco la vetó.
Más tarde, en unas declaraciones a la prensa, Trump dijo que apoyaba a los manifestantes a la vez que se refirió a su "muy buena relación" con el presidente chino, Xi Jinping.
Con información de Télam