Varios países han acelerado la salida de su personal diplomático y ciudadanos en Sudán debido a los persistentes enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la capital, Jartum.
El país ha estado experimentando enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Varios países han acelerado la salida de su personal diplomático y ciudadanos en Sudán debido a los persistentes enfrentamientos entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la capital, Jartum.
Estados Unidos ha anunciado la evacuación de su personal gubernamental y la suspensión temporal de las operaciones de su Embajada en Sudán, seguida por numerosos países, incluyendo Francia, Reino Unido, España, Italia, Alemania, Países Bajos, China, Turquía y Egipto, que también han iniciado operaciones para sacar a sus ciudadanos.
La pequeña nación de Yibuti, ubicada en el Cuerno de África, ha servido como base logística para los países que evacuan a sus ciudadanos de Sudán, incluyendo Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, España y Japón. Todos los países con presencia en la zona han establecido un equipo de coordinación sobre el terreno.
Aunque Arabia Saudí ha concluido la evacuación de sus ciudadanos, Kuwait ha iniciado la operación de salida de 300 personas y Turquía ha anunciado que movilizará a sus ciudadanos por carretera hacia un tercer país en un viaje que durará entre 22 y 24 horas y en el que podrán llevar un equipaje máximo de ocho kilos, incluyendo comida y agua para la travesía.
Estados Unidos, mientras, asegura estar haciendo lo posible por ayudar a sus ciudadanos en el país. “También estamos trabajando estrechamente con nuestros aliados y socios en este esfuerzo”, ha dicho Biden. “Esta trágica violencia en Sudán ya ha costado la vida de cientos de civiles inocentes. Es inconcebible y debe parar. Las partes beligerantes deben implementar un alto el fuego inmediato e incondicional, permitir el acceso humanitario sin trabas y respetar la voluntad del pueblo de Sudán”, ha pedido.
Los esfuerzos por sacar a los residentes extranjeros frustran a algunos sudaneses que consideran que las facciones rivales muestran menos preocupación por la población del país. “Ver marchar a los extranjeros me ha disgustado porque veo que el ejército y las FAR han ayudado a algunos grupos, mientras que a nosotros nos siguen golpeando”, declaró Alsadig Alfatih, que el domingo consiguió salir de su casa por primera vez desde que estallaron los combates.
La situación en Sudán sigue siendo volátil, con el Ejército sudanés y las milicias paramilitares opositoras acusándose mutuamente de la agresión. Mientras tanto, los ciudadanos de varios países esperan ser evacuados de manera segura y efectiva.
Desde el estallido del conflicto, según el recuento ofrecido el viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 413 personas han muerto y 3.551 han resultado heridas en Sudán. La tregua de tres días propuesta esta semana por la ONU no se ha respetado.
Los combates han dejado a una parte de la población sin acceso a agua, alimentos y atención sanitaria en las ciudades. Grupos comunitarios y páginas web intentan movilizar ayuda médica y encontrar suministros básicos. En Jartum, un comité de protesta que organizó en el pasado manifestaciones contra el consejo militar en el poder se ha transformado en una especie de servicio sanitario de base
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