El Litoral
El futuro del presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se definirá este jueves cuando el Congreso, dominado por la oposición, vote un pedido de vacancia (destitución) en su contra por ocultar supuestamente nexos con la constructora brasileña Odebrecht, inmersa en varios casos de corrupción.
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DPA
Para analistas, la suerte de Kuczynski, economista liberal de 79 años, está echada, pues debido a la correlación de fuerzas en el Congreso todo apunta a que los partidos empeñados en destituirlo conseguirán los 87 votos necesarios (de 130) para lograrlo.
Antes de la votación que decida si tendrá que dejarle el puesto al vicepresidente Martín Vizcarra, el mandatario tendrá al menos 60 minutos para hablar ante el plenario. Lo acompañará su abogado Alberto Borea, ex congresista, ex candidato presidencial y uno de los más destacados constitucionalistas del Perú.
"Voy a demostrar que no he cometido ningún crimen, no he cometido corrupción", ha dicho Kuczynski, quien reconoce que su consultora Westfield Capital sí asesoró a Odebrecht pero en momentos en que él se había apartado para dedicarse con exclusividad a ser ministro de Alejandro Toledo (2001-2006).
Kuczynski, que llegó al poder hace 15 meses y ha debido enfrentar desde entonces la ofensiva de un Congreso dominado por el partido derechista radical Fuerza Popular (FP), quedó en peores aprietos desde que la semana pasada Odebrecht documentó que le pagó cerca de ocho millones de dólares a Westfield y a otras dos consultoras con las que el hoy mandatario tendría algún vínculo.
Más que la propia relación, lo que pone en riesgo al presidente es, según la oposición, la "incapacidad moral permanente" que se deriva de la supuesta intención de negar los vínculos.
Según Kuczynski, cuando fue ministro dejó la empresa en manos de su amigo chileno Gerardo Sepúlveda, quien en ese lapso hizo contratos con Odebrecht por casi 800.000 dólares sin que él diera ayuda alguna desde el gobierno.
Respecto a las otras dos empresas, el presidente niega que le pertenezcan y solo admite que fue consultor de Odebrecht en un proyecto de una irrigación de una vasta zona agrícola.
El esfuerzo del jefe de Estado por convencer con esos argumentos no ha dado al parecer resultado, pues sus adversarios mantienen el discurso provacancia.
FP, el grupo izquierdista radical Frente Amplio y el partido derechista Aprista Peruano han anticipado que votarán por la salida de Kuczynski independientemente de lo que argumente, con lo que, sumados parlamentarios de otras bancadas que piensan lo mismo, ya se pasa con holgura de los 87 votos.
Para Kuczynski, quien ha alternado en su vida la política con la consultoría de inversión, el proceso es "un asalto al orden constitucional".
Si la vacancia prospera, Vizcarra, actual embajador en Canadá, tendrá que asumir de inmediato hasta 2021, cuando se completen los cinco años del mandato. Hasta hoy no está claro si la votación será el mismo jueves, pero todo señala que sí.
Kuczynski podría convertirse en el cuarto presidente destituido por el Congreso, pues antes lo fueron José de la Riva Agüero, en 1823; Guillermo Billinghurst, en 1914, y Alberto Fujimori en 2000. Éste último, preso desde 2007 por 25 asesinatos y dos secuestros por los que fue sentenciado a 25 años de cárcel, es el padre de la líder de FP, Keiko Fujimori.
Odebrecht, la mayor constructora de América Latina, admitió en 2016 que desde 2001 pagó sobornos por más de 785 millones de dólares en 12 países, diez de ellos latinoamericanos, para asegurarse la adjudicación de obras públicas.
Las investigaciones han derivado en hechos que van más allá de los sobornos, como la financiación de diversas campañas políticas o la generación de suspicacias que de momento no necesariamente caen en delitos tipificados, como las que rodean a Kuczynski.
En el Perú por Odebrecht está prófugo Toledo y preso el también ex presidente Ollanta Humala, mientras que otros líderes como el dos veces mandatario Alan García y Keiko Fujimori enfrentan investigaciones de la Fiscalía.