Miércoles 20.5.2020
/Última actualización 11:01
Caracas vivió este martes su primer gran cacerolazo del año contra el Gobierno venezolano, intermitente y no homogéneo en todas las zonas de la capital, tras el anuncio hecho horas antes por la empresa estadounidense AT&T de que cerrará su negocio de televisión DIRECTV.
El ruido de las cacerolas fue particularmente intenso durante unos 20 minutos en el sector de Chacao, una zona tradicionalmente acomodada de Caracas y gran bastión opositor, en el que muchos vecinos se asomaron a las ventanas, y se escucharon petardos y gritos contra el presidente Nicolás Maduro.
Este martes en distintas zonas de Caracas se desarrolló un cacerolazo contra la administración de Nicolás Maduro, intermitente y no homogéneo, tras el anuncio hecho en horas de la mañana por la empresa estadounidense AT&T de que cerrará DirecTV en Venezuela.
Aun cuando el anuncio del cese de operaciones de DirecTV es lo más reciente y causó gran disgusto hoy, la inconformidad y el descontento de los venezolanos ya se viene acumulando con los cortes de energía eléctrica, la falta de agua, las fallas en los servicios básicos, la hiperinflación y una gran cantidad de etcéteras que engrosa la lista.
Algunos caraqueños convocados a través de mensajes, y otros sorprendidos por el ruido de sus vecinos, comenzaron la protesta casi de forma simultánea con una declaración del ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, acerca de la situación sobre la covid-19.
Al otro extremo de Caracas, en la también popular Catia, las cacerolas sonaron aunque de un modo mucho menos ensordecedor, de hecho, habitantes de la zona lo describieron como un “mini cacerolazo”.
En Petare, considerada como una de las mayores favelas de América Latina, el sonido de las cacerolas fue también muy fuerte, casi tanto como en los sectores que la circundan, donde el sonido de las cacerolas, cornetazos y más, duró al menos 30 minutos.
Varios vídeos difundidos en redes sociales permiten ver que la protesta también adquirió fuerza en el sector conocido como El Paraíso, una zona habitada por la antigua clase media que viró de ser mayoritariamente chavista a simpatizar por la oposición de manera progresiva.
Catia es uno de los puntos fuertes del chavismo, en el que incluso residen muchos integrantes de los "colectivos", según las denuncias de numerosos activistas de derechos humanos y organizaciones como Amnistía Internacional.
Con un pobre internet, escaso servicio de agua y cortes interrumpidos de luz, la televisión de pago, que tiene un coste casi simbólico en Venezuela, supone para muchos el único alivio con el que pasar el confinamiento para prevenir la pandemia de covid-19.