El Vaticano compartió este domingo la primera imagen del Papa Francisco desde su ingreso al hospital Policlínico Gemelli de Roma, Italia, el pasado 14 de febrero, debido a una neumonía bilateral.
A poco más de treinta días de su internación, la Santa Sede publicó una fotografía del Sumo Pontífice de espaldas participando en una misa. Aunque es una muestra del avances en su estado de salud, continuará su recuperación en el Policlínico Gemelli hasta completar la recuperación.
El Vaticano compartió este domingo la primera imagen del Papa Francisco desde su ingreso al hospital Policlínico Gemelli de Roma, Italia, el pasado 14 de febrero, debido a una neumonía bilateral.
La fotografía, difundida este 16 de marzo, muestra al Sumo Pontífice de 88 años concelebrando una misa en la capilla privada que se encuentra en el décimo piso del hospital, después de concelebrar la Eucaristía.
Se lo puede ver casi de espaldas, en silla de ruedas, vistiendo alba y estola moradas, mientras contempla el crucifijo en el altar de la capilla del Policlínico, donde va a rezar todos los días desde que sus condiciones han mejorado ligeramente.
Así, la información de la Oficina de Prensa de la Santa Sede indica una evolución favorable en su estado de salud. La última vez que se lo había podido ver públicamente fue hace más de un mes, la mañana antes de ser ingresado en el hospital, recibiendo en Santa Marta a los miembros de la Fundación española Gaudium et Spes.
Desde entonces, nadie, salvo los médicos que lo atienden y sus colaboradores más cercanos, ha tenido la oportunidad de ver al Papa. En tanto, su voz pudo escucharse el pasado 6 de marzo, mediante un audio transmitido durante el Rosario en la Plaza de San Pedro, donde bendijo a los fieles y agradeció a quienes rezaron por él durante este tiempo de enfermedad.
Desde el hospital donde permanece ingresado, el pontífice preparó un mensaje que fue leído durante el rezo del Ángelus este domingo y en el que expresó su solidaridad con todos los enfermos que, al igual que él, se encuentran en situaciones de fragilidad.
"Estoy afrontando un momento de prueba y me uno a tantos hermanos y hermanas enfermos: frágiles en este momento, como yo. Nuestro físico es débil pero, incluso así, nada puede impedirnos amar, rezar, entregarnos a nosotros mismos, ser los unos para los otros, signos luminosos de esperanza", expresó el Papa.
"El Evangelio de hoy nos habla de la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36), quien al sumergirse en la oración se vuelve radiante de luz. Cuánta luz resplandece, en ese sentido, en los hospitales y en los lugares de recuperación. Cuánta atención amorosa que ilumina las habitaciones, los pasillos, los ambulatorios, los lugares donde se desempeñan los servicios más humildes", subrayó.
Invitó, por otra parte, a "uniros a mí en las alabanzas al Señor, que nunca nos abandona y que en los momentos de dolor nos pone al lado a personas que reflejan un rayo de su amor. Os agradezco a todos por vuestras oraciones y agradezco a quienes me asisten con tanta dedicación".
Y pidió especialmente que "sigamos rezando por la paz, especialmente en los países heridos por la guerra: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, República Democrática del Congo".
El de este domingo es el quinto Ángelus en el que el Papa no puede participar de forma activa debido a su internación el 14 de febrero, tras ser diagnosticado con una neumonía bilateral que requirió atención médica intensiva.
Durante las primeras semanas de ingresado en el hospital Gemelli, el estado de salud de Francisco generó honda preocupación en la comunidad internacional, debido principalmente a su avanzada edad y a la gravedad de la infección pulmonar.
Sin embargo, al pasar las semanas, los informes médicos han señalado una mejoría gradual en la salud del Papa. El último parte médico suministrado este domingo señaka que "las condiciones clínicas del Santo Padre se mantienen estables, confirmando la evolución destacada en la última semana, con disminución de la necesidad de ventilación mecánica nocturna, reflejando una respuesta positiva al tratamiento".
Más allá de la notoria evolución del cuadro clínico, el Vaticano ha informado que el Santo Padre continuará siendo tratado en el hospital hasta completar su recuperación, recibiendo oxigenoterapia y fisioterapia respiratoria y motora.
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