El misterio que envuelve la vida de la princesa Charlène de Mónaco no para de crecer. En una entrevista concedida al diario monegasco Monaco Matin, el príncipe Alberto II ha revelado que su esposa no se encuentra en el Principado, donde se la suponía viviendo desde que el pasado 8 de noviembre regresó de Sudáfrica. Ese mismo día, el palacio principesco de Mónaco distribuyó unas fotografías de la reunión en palacio entre Charlène, su marido, y sus dos hijos mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella, pero ahora el soberano monegasco ha aclarado que la princesa no se encuentra en Mónaco.
“No está en el Principado, pero podremos visitarla muy pronto”, asegura Alberto II en la entrevista. “No puedo deciros donde está por discreción. Hay un cansancio que no solo es físico y que solo se puede tratar con un periodo de descanso y observación”, añade el príncipe.
La semana pasada, la cuñada de Charlène, Chantell Wittstock, ya declaró al diario The Daily Mail que no estaba claro donde iba a instalase la princesa después de su regreso a Mónaco. “Acaba de llegar y todavía no se ha decidido”, aseguraba. Y explicaba que todavía necesitaba recuperarse por completo de la infección de las vías respiratorios que, durante medio año, la había retenido en Sudáfrica. “Eso no pasa de la noche a la mañana. Desde luego, se lo va a tomar con calma”, aseguraba Wittstock.
Sin embargo, la información de The Daily Mail apuntaba como posible destino de la princesa Charlène un pequeño apartamento situado en Montecarlo en el que, al parecer, ya residía antes de viajar a Sudáfrica. Finalmente, no ha sido así y la princesa ha necesitado volver a poner tierra de por medio con su país y abandonar una vez más el Principado de Mónaco.
También sus compromisos oficiales, ya que si bien hace unas semanas el príncipe Alberto dio por hecho que su esposa retomaría sus obligaciones antes del Día Nacional de Mónaco, este martes el palacio anunció que la princesa no podría participar en dicha fiesta, que se celebrará mañana viernes.
El comunicado de palacio anunció “un periodo de calma y descanso para garantizar la mejor recuperación de la salud de la princesa” y adelantó ya que su ubicación de Charlène debía ser confidencial para proteger su “comodidad y privacidad”, pero se había dado por hecho que el nuevo lugar de retiro de la consorte quedaba dentro de las fronteras del Principado.