Martes 21.6.2022
/Última actualización 19:10
El príncipe Guillermo sopla hoy 40 velas, y tal es su popularidad que creemos saberlo todo sobre él. No obstante, muchas anécdotas de su vida son bastante poco conocidas y cuentan la historia del príncipe mejor que muchas novelas. Por ejemplo, sólo tenía siete años cuando le dijo a su madre Diana que quería ser policía para poder ser su guardaespaldas. Harry, que entonces tenía cinco años, le respondió: "No puedes: tienes que ser rey".
Es un hecho público y notorio que el vínculo de Diana con sus hijos siempre fue muy profundo, mientras que el príncipe Carlos siempre ha sido retratado como un padre frío. Hoy en día, el heredero al trono y el hijo mayor están muy unidos, pero no siempre ha sido así. El turbulento matrimonio de Carlos con Lady Di dejó inevitablemente su huella en sus dos hijos. Sobre todo porque Diana lloraba a menudo delante del mayor, que siempre estaba de su parte. En una ocasión, cuando solo tenía 8 años, fue el propio Guillermo quien le llevó unos Kleenex a su madre (encerrada en el baño de Highgrove tras una discusión con su marido), que al parecer no podía dejar de sollozar.
Es lógico que Guillermo fuese incapaz de entender a su padre, al que durante muchos años consideró demasiado frío y distante. Sin embargo precisamente con motivo del cuadragésimo cumpleaños del príncipe, el Mirror ha recuperado una carta escrita por Carlos tras su nacimiento que nos revela a un padre de todo menos frío: "La llegada de nuestro hijo ha sido una experiencia asombrosa y ha significado para mí más de lo que jamás hubiese podido imaginar", escribió Carlos en la misiva dirigida a una prima, la condesa Patricia Mountbatten. "Estoy muy agradecido por haber podido estar junto a la cama de Diana en todo momento, ya que viví profundamente el proceso del parto y luego fui recompensado con la aparición de la pequeña criatura que ahora nos pertenece".
Parece que el nacimiento de Guillermo despertó el lado más sentimental de Carlos. No se puede decir lo mismo de Isabel II. Guillermo fue el primer príncipe británico nacido fuera de un palacio real. Su madre dio a luz en el hospital St. Mary de Londres. La reina no lo vio hasta unos días después de su nacimiento, e incluso entonces hizo gala de su proverbial sentido del humor. En su primer encuentro con Guillermo, según recoge la edición británica de Marie Claire, la Reina salió con unas palabras muy distintas a las que cabría esperar de una abuela: "¡Menos mal que no tiene las orejas de su padre!", exclamó aludiendo a las famosas orejas de soplillo de Carlos, que siempre le han valido numerosas burlas y bromas de dudoso gusto.
Han pasado 40 años desde entonces. Y Guillermo celebra esta fecha señalada en un momento en el que su popularidad está por las nubes, si bien en parte gracias a la marcha de Harry. Después de Isabel II, son muchos británicos que lo quieren ocupando el trono de Inglaterra en lugar de a su padre porque él y su esposa Kate Middleton forman la "pareja más perfecta del reino", según muchos expertos de la realeza. Las razones son muchas, entre ellas que los Cambridge saben entregarse a causas humanitarias, además de ser "capaces de mezclar tradición y modernidad" y de ser siempre amables y desenvueltos. Y saben aprender de sus errores. Por ejemplo, tras su reciente gira por el Caribe, que hasta cierto punto fue un fracaso marcado por las protestas relacionadas con el colonialismo, se dieron cuenta de que ya es hora de actualizar el protocolo: “Quieren que la gente se refiera a ellos simplemente por su nombre, no por sus títulos” y según el Daily Mail pretenden “abolir las reverencias”, símbolo por excelencia de rigidez y formalidad.
A sus recién estrenados 40 años, Guillermo es un futuro rey muy querido. Pero ante todo es un padre. Según una fuente cercana a palacio, Guillermo y Kate han planificado su trayectoria real desde el comienzo de su matrimonio con la idea de "dejar espacio para la crianza". Porque para él y Kate los pequeños George, Charlotte y Louis son lo primero, incluso por delante de la corona.